Killian abre mis piernas para que pueda caber entre ellas mientras se acerca. La nueva posición le da más profundidad y me folla como un loco y me mete otro dedo en el culo, extendiéndome hasta el borde.
No puedo gritar ni gemir, y cualquier sonido que emito sale ahogado, amortiguado y absolutamente aterrador.
Probablemente esté pensando en matarme, pero me vengo otra vez.
Solo ser manejada bruscamente por él, sin permitir siquiera gritar, es suficiente para hacerme a?icos.
No importa cuánto intente negarlo, amo esta parte de él.
Esta parte de nosotros.
—Sabía que estabas hecha a medida para mí, cari?o. —Todavía suena enojado, pero está excitado—。 Te voy a llenar con mi semen para que sepas exactamente a quién perteneces.
Me estremezco cuando el calor se extiende por mis entra?as. Espero que se retire, pero se queda allí, semi-duro y mece lentamente las caderas como si se asegurara de que no se le escape ni una gota.
Killian me observa, medio concentrado, con los ojos casi cerrados, pero continúa con los eróticos movimientos.
—Tal vez debería llenarte con mi bebé —murmura, tan bajo que apenas puedo escucharlo—。 De esa manera no podrás escapar de mí.
Luego me suelta la boca, se derrumba sobre mí, quemándome absolutamente, y me aplasta por completo con su peso.
Empujo sus hombros, pero está tan inmóvil como un búfalo.
—Killian —lo llamo.
él gru?e y sin esfuerzo nos da la vuelta para que esté cargando con mi peso, pero todavía está muy dentro de mí.
—Puedo dormir en la cama susurro.
—Mi cuerpo es una mejor cama —responde arrastrando las palabras sin abrir los ojos.
—Toma la medicación, estás ardiendo.
—Mmm.
—Killian…
Sus brazos se envuelven alrededor de mi cintura, manteniéndome en mi lugar mientras me inhala.
—Tú me elegiste a mí.
—？Qué?
—Allá, me elegiste antes que a tu hermano. Hermanos, plural. Y ese cabrón de Eli.
Mierda. ?Estuvo consciente durante eso?
Killian besa la parte superior de mi cabeza y antes de que pueda retroceder, dice las palabras que van directo a mi corazón.
—Me aseguraré de que siempre me elijas tanto como yo te elijo a ti.
30
GLYNDON
Estoy perdiendo un pedazo de mí misma.
Y está sucediendo tan rápido que no puedo recuperar el aliento durante el proceso.
De hecho, solo me di cuenta cuando ya no podía dormir en el apartamento que comparto con las chicas. Se volvió absolutamente extra?o y espantoso dormir en cualquier cama que no fuera la de Killian.
Han pasado tres semanas desde aquella noche en que desperté con su polla dentro de mí y poco a poco fusioné mi vida con la suya.
Estoy perdiendo el control, o el control que tenga.
Por eso estoy bebiendo ahora mismo con todo el mundo en un pub tranquilo del centro. Bueno, tan tranquilo como los pubs a los que van los chicos de la universidad. Al menos no es ruidoso como el club más grande al otro lado de la ciudad.
Una banda desconocida toca de fondo, la música ahogada por el sonido de la charla y el tintineo de las bolas de billar. El olor a alcohol impregna el aire o tal vez solo mi nariz.
No suelo beber, porque me hace actuar como una tonta, pero no es como si lo estuviera haciendo con extra?os.
Después de asegurarme de que tengo suficientes tragos para dejarme en coma, tomo el quinto. No, creo que es el séptimo.
—Cuidado con el alcohol, Glyn —me rega?a Cecily desde mi lado. Ha estado bebiendo un vaso de tequila desde que llegamos aquí.
—Déjala ser. —Remi desliza un vaso de chupito en mi dirección—。 Me encanta Glyndon borracha.
Sonrío con un ojo abierto y levanto el vaso, luego lo bebo.
—Uno en tu honor, Remi.
—Diablos, sí. —él vierte otro trago en su garganta—。 Mi se?oría ha decidido perdonarte por elegir este pub aburrido.
Muevo mi mano exageradamente y me inclino.
—Muy apreciado, Su Majestad.
—Es su se?oría, campesina.
—Su madre tiene un título de dama. —Ava lo pincha con una papa—。 ?Muy ignorante?
—Espera, ?en serio? ?Cómo es que solo me estoy enterando de esto ahora? —Remi mira hacia arriba, colocando una L en su barbilla en un cómico gesto pensativo—。 Debe ser porque todos ustedes actúan como campesinos, excepto tú, Bran. Definitivamente eres aristocracia. Hermoso, elegante y con ese carisma intocable. Lo heredaste de mí.