Home > Books > God of Malice (Legacy of Gods #1)(147)

God of Malice (Legacy of Gods #1)(147)

Author:Rina Kent

Yo.

La sensación de euforia total se apaga lentamente con el recordatorio de hacia dónde nos dirigimos.

A la jodida casa.

Es extra?o cómo la mente categoriza los eventos y los mete en cajas de archivos. Algunos se olvidan después de un día o una semana.

Otros se quedan allí para siempre. De hecho, se deslizan en el subconsciente y se aseguran de que nunca se olviden.

La casa de mi familia en las afueras de la ciudad de Nueva York es una mansión moderna que podría marcar la lista de verificación de la casa de los sue?os de la mayoría de los estadounidenses. Incluso tiene el cliché de la valla blanca con el que mi madre probablemente so?aba cuando era joven.

Es enorme, personalizada hasta el más mínimo detalle y apta para ser el hogar de Asher y Reina Carson. Como en el rey y la reina estadounidenses que se convierten instantáneamente en la comidilla de todos los medios de comunicación en el momento en que están en público.

En esta casa, he tenido todo lo que la gente consideraría recuerdos felices. Una madre amorosa, un padre presente, más de lo necesario, fiestas de cumplea?os, corriendo como pollos sin cabeza con Gareth, Nikolai, Mia y Maya.

Y mi despertar cazando y matando esos ratones.

La gente tiende a romantizar el pasado, yo no. ?Porque esos recuerdos? No son más que páginas amarillentas de un viejo libro olvidado.

Lo único que recuerdo de esta casa es la expresión aterrorizada de mamá, el ce?o fruncido de papá y, finalmente, sus palabras “no deberíamos haber tenido a Killian” y “es defectuoso”。

Irme a la universidad fue lo mejor que me pasó. Necesitaba mantenerme fuera de la órbita de papá, lejos de la bomba de relojería constante que estalla en mi cabeza cada vez que está a la vista.

Así que el último lugar en el que quiero estar es su casa.

Pero como le estoy demostrando un punto a la exasperante de Glyndon, aquí vamos.

Ella permanece un paso detrás de nosotros, distrayéndose observando la casa con sus ojos inquisitivos.

Y sí, definitivamente nos hizo pasar por una tienda para poder cambiarse y ponerse un vestido floral, alisarse el cabello y maquillarse, y comprar un regalo.

—Mis padres me ense?aron a nunca ir a la casa de alguien con las manos vacías —dijo cuándo le dije que el regalo era innecesario.

Un peque?o sonido de tap, tap nos llega primero antes de que aparezca una mujer con aspecto de modelo y el pelo rubio más brillante, bajando las escaleras.

La sonrisa de mamá es la cosa más contagiosa que he visto en mi vida. Por lo general, las emociones de otras personas no me importan. Sí, puedo distinguirlas, incluso puedo entenderlas cuando sus due?os no pueden, pero me importan un carajo.

Reina Ellis Carson es la excepción a eso.

Y ahora, Glyndon también lo es.

Mamá nos envuelve a Gareth y a mí en un abrazo, con la cabeza apoyada en nuestros hombros. Es más baja que nosotros, así que tenemos que agacharnos para darle palmaditas en la espalda para que no tenga que esforzarse o, peor aún, colgarse entre nosotros.

No es broma, lo hizo una vez.

—?Los extra?é mucho! —Se aleja para pasar su mano sobre nuestros cuerpos—。 Déjenme verlos. ?Se hicieron más altos o qué? No puedo creer esto. La próxima vez, conseguiré una escalera para alcanzarlos. Ahh, mis hijos están de vuelta en casa juntos. No podía creerlo cuando Gareth me lo dijo antes.

Nos vuelve a abrazar y comparto una mirada con mi hermano.

Aquí vamos de nuevo.

Después de básicamente estrangularnos durante cinco minutos, finalmente se da cuenta de Glyndon, quien ha hecho todo lo posible por permanecer en segundo plano durante la ceremonia de bienvenida a casa de mamá.

No lo creí posible, pero la expresión de mamá se ilumina aún más.

—?Y tú es?

—Hola. Mi nombre es Glyndon. —Ella le ofrece un regalo envuelto—。 Gracias por recibirme.

—Oh gracias. Eres tan dulce y bien educada. —Mamá acepta su regalo—。 Vienes con…

—Conmigo. —Envuelvo un brazo alrededor de su cintura y la llevo a mi lado—。 Ella es mi chica.

—?La que te lastimó los labios la otra vez?

—La misma. —No fue por besarla, pero estaba así por una pelea que tuve por ella, así que cuenta.