Esta peque?a…
—Y siéntate en una silla y no espíes mis cartas. —Las esconde contra su pecho, mirándome como una mamá oso.
Mmm. Ahora, me pregunto por qué no me la até antes.
Gareth se queda con sus cartas, y no tengo más remedio que tomar asiento junto a Glyn, porque estoy seguro de que voy a jugar y vencer a estos dos.
Terminan atacándome, enga?ándome y usando todos los trucos bajo el sol para hacerme perder.
Pero soy el fundador de la escuela éticamente negra en la que intentaron inscribirse, así que terminé ganando de todos modos. Tres veces seguidas.
Glyndon arroja sus cartas sobre la mesa peque?a.
—Uf, esto no es divertido. ?Tienes que ganar cada ronda?
—?De qué otra manera sería un imbécil?
—No sean malos perdedores, no se ve bien. —Sonrío
—Oh, jódete. —Ella suelta un suspiro—。 Deberíamos jugar una ronda solo nosotros dos, Gareth.
—Solicitud denegada —digo.
—Bueno, sigues ganando. El juego se vuelve aburrido de esa manera.
—No le hagas caso. Killer simplemente no reconoce físicamente el término contenerse, especialmente cuando está celoso. Este es él siendo territorial para probar un punto.
—Te voy a matar —modulo, y él solo sonríe, una sonrisa falsa.
—?En serio? —Glyndon me mira—。 ?Estás siendo un completo maldito idiota por unos celos sin fundamento?
—Veremos cuán infundado es cuando mi querido hermano mayor esté flotando en el aire.
—Deja de amenazar la vida de las personas solo porque puedes, Killian. Y este es tu hermano, entonces, ?qué tal si lo tratas como tal en lugar de como un enemigo? —Ella me se?ala con el dedo—。 Además, o juegas normalmente o perderás todos los privilegios para jugar con nosotros.
Considero si quiero besarla o estrangularla ahora mismo. Probablemente ambos al mismo tiempo.
Gareth levanta una ceja.
—Parece que finalmente has encontrado a tu pareja. Mamá y papá la amarán.
—?Estás seguro? —Glyndon recoge las cartas, su tono es incómodo—。 él no me lo dijo de antemano, así que ni siquiera pude cambiarme con la ropa adecuada.
—?Qué tiene de malo tu ropa actual? —Robo una tarjeta de cambio, porque no, definitivamente no los dejaré ganar en el corto plazo.
—No tienes derechos de opinión. —Hace una mueca, luego agarra mi mano, mete la mano debajo de la manga y me arrebata la tarjeta que robé—。 Y nada de trampas. En serio, ?no puedes relajarte un poco?
—Sí, cuando te estoy follándote. ?Quieres ir al ba?o?
—Demasiada información —dice Gareth.
—Siempre puedes irte y volver a tus actividades nerd.
—No y no, ?y mencioné qué no? —dice Glyndon con voz burlona a pesar de que su cuello está rojo—。 Ahora, vamos a jugar.
Gareth logra ganar una vez, solo porque Glyndon realmente buscó en mis pantalones las cartas robadas.
Decir que se ha vuelto audaz es quedarse corto. Y definitivamente no es porque me lo esté tomando con calma.
Está creciendo más en sí misma y en esta fuerza demoledora que viene tras mi vida.
En el momento en que nos preparamos para aterrizar, logra ganar y nos lo frota en la cara y se regodea hasta que pensamos que lo hará hasta que venga el apocalipsis.
—Se siente bien ser una ganadora. —Se abrocha el cinturón de seguridad ante la llamada de la azafata.
La aprieto más alrededor de su cintura.
—En realidad, ganaste menos entre los tres y solo porque robaste más cartas de las que pudimos.
—?Disculpa qué? No puedo oírte con los fuegos artificiales de la victoria en mi cabeza.
Me río, sacudiendo la cabeza.
—Deja de ser adorable antes de que te folle aquí mismo, ahora mismo.
—No hagas eso —susurra-grita—。 Ugh. No puedo dejar de recordar que muchos accidentes aéreos ocurrieron al intentar aterrizar.
—Entonces supongo que deberías tomar mi mano, ?mmm? —Le ofrezco mi palma y ella la toma, entrelazando sus dedos con los míos y colocándolos en su regazo.
La satisfacción en toda regla llena mi sistema ante la idea de ser su ancla.
No un príncipe azul, un tipo aburrido u otro hombre.