Lee la nueva entrada en el blog de Ember y escribe las noticias de la semana pasada (y también rodéala con amor fraternal e intenta averiguar con quién se está reuniendo en secreto)。
Cocinar con James <3
Desde ayer por la noche, James tiene su propio color en mi agenda.
Incluso ahora, unas horas después, me obsesiona su expresión cuando se lo dije. Un escalofrío me perfora en la memoria. Aún recuerdo sus labios recorriendo mi cuello y sus manos deslizándose lentamente bajo mi suéter, me hicieron emitir sonidos que intenté reprimir con una almohada.
—?De verdad crees que es una buena idea hacerlo en el autobús?
— La voz de James me saca de mis recuerdos.
Siento que me estoy sonrojando. Se aclara la garganta.
—Me subestimas.
él mira el cuaderno negro en mi regazo.
—Simplemente no quiero que te excedas. Me arrojaste rotuladores la semana pasada.
—Era una emergencia. La fiesta me cabreó. Y además, la semana pasada fue… la semana pasada— explico y subrayo cada letra. —Todo estará mejor, ahora.
En este punto, el autobús frena tan repentinamente que me deslizo del asiento y agarro los respaldos delante de mí. Miro aterrorizada al 158
cuaderno: la línea negra cruza toda la página.
—?Oh, no!— Miro al conductor con enfado. No me presta atención, cierra la puerta delante del autobús y aprieta el acelerador. —Es todo culpa tuya, James. Anoté muchas veces mientras conducías y nunca me había pasado esto antes.
—Claro, dime que fui yo quien quiso ir en el autobús… —responde secamente. —Estaríamos en la escuela el doble de rápido en coche.
—Quería tomar el autobús para celebrar este día—。 Agito un marcador. —Podrías ir tú mismo en coche.
—En primer lugar, no quería que fueras sola. En segundo lugar, tienes un increíble don para hacer que incluso las cosas aburridas, como viajar en un autobús, parezcan excitantes e interesantes, aunque en realidad no lo son.
Por un momento me mira tratando de hacer una rama de flores bastante efectiva a partir de la línea negra. Y luego me quita el pelo de la cara y me lo pone detrás de la oreja.
—Podría acostumbrarme a ello—, dice en voz baja. Giro mi cabeza hacia él.
—?A un viaje en autobús? — él sonríe levemente.
—A eso también. Pero, sobre todo, me refería a despertar a tu lado.
Me sonrojo.
En su boca suena como si todavía durmiéramos en la misma cama, y no ha sido así desde aquella noche en la habitación de invitados de Ofelia.
—Aunque la casa de los Bell es un verdadero manicomio. Helen se 159
levantó hoy a las cuatro y Ember tiene tanta energía a las seis de la ma?ana que creo que es anormal.
—Mamá tiene un nuevo jefe desde hace unas semanas y está muy interesada en no llegar tarde. Ember… — Sacudo la cabeza. —No tengo ni idea de cómo lo hace.
—Ni siquiera bebe café.
—Es una locura.— Me sorprende la facilidad con la que le hablo a James sobre mi familia. —Es bueno que vivas con nosotros—, digo después de un largo tiempo.
James me mira de reojo, veo calor en sus ojos. Y luego me rodea con el brazo y me atrae hacia él.
El camino a la escuela pasa demasiado rápido y demasiado lento al mismo tiempo.
Justo antes de la última parada, me levanto y camino hacia la puerta, agarrándome de los siguientes pasamanos. Escucho a James tropezar a cada paso detrás de mí. Me cuesta mucho dejar de reír.
Nos bajamos. Me siento muy emocionada y mi corazón late con fuerza por ir a la escuela por primera vez. Sin embargo, cuando me bajo del autobús y veo quién me está esperando, me detengo en medio paso.
—?Sorpresa!—Grita Lin.
Ella no está sola. Todo el comité de organización está esperando con ella en la parada. Todos están sonriendo radiantemente, incluso Camille, con los brazos cruzados sobre su pecho.
Antes de que entienda completamente lo que pasa, Lin se acerca a mí y me abraza calurosamente. —Estoy tan contenta de que hayas vuelto, —dice con voz temblorosa. Se separa de mí y tiene una cara como si 160
quisiera llorar. —No sé cómo podría haber sobrevivido sin ti hasta el final del a?o escolar.