Asiento con la cabeza.
—Y ahora no puedo evitar saber que no me atrae Oxford. Quiero decir, científicamente. Porque, por supuesto, quiero estar lo más cerca posible de ti y de mis amigos. Pero de nuevo, estoy pensando en lo mucho que lo querías y en lo duro que trabajaste por ello. No es justo si tomo el lugar de alguien que lo quiere tanto como tú.
—Mira, si Oxford no es lo que quieres hacer en la vida… —Empiezo despacio, —no vayas. Todos merecen un mundo de oportunidades, ?entiendes? Si quieres viajar, hazlo—。 él me mira. Su ce?o se suaviza ligeramente.
—?De verdad piensas eso?— Asiento vigorosamente.
—Pregúntale a Ember cómo comenzó con su blog. Ella lo sabe y definitivamente te dará buenos consejos—。 Miro mi reloj otra vez y bajo mis cejas. —En realidad, ya debería estar en casa.
—En lo que a mí respecta, puede esperar un poco más—, dice James con una leve sonrisa.
—?Por qué?
—Porque me gustaría mostrarle a mi novia lo agradecido que estoy 173
de que ella crea en mí y en mis sue?os. Sin apartar sus ojos de mí, alcanza la computadora y la cierra. Y luego se dobla y pega sus labios a mi frente. Los baja, en mis sienes, en mi mejilla, besa mi cara con besos.
Cierro los ojos, echo la cabeza hacia atrás y James continúa mostrándome su gratitud.
15
Estoy esperando que Wren coma helado primero.
Levanta la cuchara hacia sus labios y una expresión de felicidad aparece en su rostro, pero incluso eso no me convence todavía.
Comer en presencia de otros, especialmente en lugares públicos, me resulta difícil. Especialmente cuando se trata de cosas no saludables como el helado. Todavía tengo la sensación de que la gente me mira a hurtadillas, e inmediatamente harán una opinión sobre mí, aunque no tienen idea de cómo suelo comer.
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Lentamente pongo una cucharadita en el helado de chocolate y lo miro con recelo. Y luego respiro profundamente: estoy aquí con Wren, me siento bien con él. Somos amigos. Y además, pedí una porción mucho más peque?a que él, así que no debería estar tan mal.
Hago lo que puedo para sacar todos mis pensamientos de mi cabeza, y me pongo la cuchara en la boca.
—No estaba exagerando, ?verdad?— Wren pregunta y me mira expectante.
—Tenías razón, son divinos—。 Dejo la cucharadita por un momento.
—No tenía idea de que había una nueva heladería.
Miro alrededor del peque?o café. Todas las mesas están ocupadas, una gran multitud de personas dispuestas a tomar un helado se reunieron en el mostrador.
Wren dijo que los estudiantes tienen un descuento, así que no me sorprende tanto interés. Además, el clima es extremadamente hermoso hoy.
Aparte de mis miedos, estaba muy feliz con la invitación de Wren.
Hasta ahora, siempre hemos tenido razones específicas para reunirnos: llenar solicitudes de becas, mudarse. Pero esta vez simplemente me preguntó si me gustaría verlo. Y el hecho de que me haya dado helado como pago por ayuda con la pintura es una ventaja adicional.
—Creo que voy a vivir aquí—, dice, con una cuchara en la boca todo el tiempo.
—?Otro movimiento? ?Después de tan poco tiempo?— Me burlo de él. Me relajo lentamente, cuanto más hablamos, mejor me siento, más ignoro a todos a mi alrededor…
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Y otra vez, esa sonrisa astuta. —Podría tomar helado para el desayuno, el almuerzo y la cena. Además, mira, tienen un muy buen mostrador aquí. Simplemente colocas las sillas a un lado y podrás organizar un acogedor escondite.
—Mi hermana y yo solíamos construir escondites siempre. Era nuestro amado pasatiempo—。 Me como otra cucharada de helado, tratando de hacer este momento lo más agradable posible.
Wren mezcla una cucharadita en su copa, combinando dos sabores, y se convierte en granizado beige.
—Nosotros también lo hacíamos con los chicos.
—En realidad, estoy un poco celosa de tu amistad—, lo admito.
Wren me envía una mirada interrogante.
—Han sido amigos durante a?os—, le explico. —Por supuesto que también tengo amigos y estoy muy cerca de Ruby, pero no hay nadie en mi vida que esté involucrado en todo. Tarde o temprano toda amistad terminaba, la gente se mudaba, nuestros caminos estaban tan separados que no teníamos nada en común. Este no es el caso contigo. Cada vez que hablas de los chicos, tengo la impresión de que te acercas más y más, en vez de alejarte más.