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Save Us (Maxton Hall #3 )(61)

Author:Mona Kasten

Pero cuando leo el nuevo mensaje, me doy cuenta de que me equivoqué. A los ojos de mi padre, este caso no ha terminado de ninguna 191

manera. Para él, todo está empezando.

Tú lo quisiste así.

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No le conté a Ruby sobre los mensajes de mi padre.

Me doy cuenta de que esto es un error. Nos prometimos a nosotros mismos que no tendríamos secretos para nosotros y comenzaríamos a hablar abiertamente sobre todo lo que nos concierne. Y, sin embargo, no quiero volver a cargarla con sus problemas. En este momento tiene suficientes cosas en mente: los exámenes finales se están acercando, la batalla por las becas en Oxford se está volviendo cada vez más feroz. No quiero que me moleste ahora, especialmente porque no sé exactamente 192

qué significa el misterioso mensaje de mi padre.

Probablemente quería intimidarme, pero hizo lo contrario. Nunca he estado tan seguro de haber tomado la decisión correcta. Y nunca he estado tan motivado para finalmente hacer lo que he estado pensando durante semanas.

El sábado espero a que Ruby vaya al ba?o para prepararse para una fiesta en casa de Wren, y luego voy a la habitación de Ember. Respiro hondo y llamo a la puerta entreabierta.

—?Si?— viene de adentro. Ember se sienta en el escritorio, mirando la pantalla del portátil, con una taza de té en la mano. Ella levanta las cejas inquisitivamente.

—?Tienes un momento?— Confirma moviendo la cabeza.

—Entra, por supuesto. ?Dónde está Ruby?

—Se está preparando para la fiesta y habla con Lydia a través de FaceTime.

—Oh.

Me acerco a su escritorio. Ember inclina su cabeza ligeramente.

—?Que está pasando?

Miro su computadora. —Tengo algunas preguntas sobre tu blog. Y en realidad bloguear como tal.

Me mira por un largo momento, luego asiente. Se ve sorprendida.

Saca un taburete debajo de su escritorio.

—Claro que sí. Siéntate.

Tomo mi lugar, me peino con los dedos y respiro hondo. —He estado sentado en WordPress durante varios días, pero no lo entiendo. Pensé 193

que tal vez podrías explicarme un poco más claro que todos los tipos listos de la web.

—Ya sabes. Siento que cuando empecé, nadie me explicaba nada.

—Da la vuelta al ordenador para que ambos veamos la pantalla. Abre el navegador, introduce la dirección y en la siguiente ventana abre su blog, BellBird. —Uno por uno: puedes cambiar todo lo que ves en la portada aquí… — Abre otra ventana. —Te aconsejo que aprendas esto primero, porque este es realmente el punto de mando de todo el blog—。 Presiona un botón y aparece un rectángulo gris en el lateral.

—Está bien. ?Lo hiciste tú misma? ?Tenías un informático?

—Primero que nada, necesitas tener un anfitrión para poner el sitio en el servidor. Puedes comprar muchos esquemas en WordPress. Te mostraré donde encontré el mío.

Abre otra página con los patrones del sitio.

—Tienes que pensar seriamente en lo que quieres conseguir. Aquí, como puedes ver, tenemos un dise?o fantástico, pero no coincide con mi contenido en absoluto.

Asiento con la cabeza. —?A qué debería prestar especial atención?

—Quería que el sitio fuera intuitivo y que funcionara igual de bien en dispositivos móviles y computadoras. También me preocupé por la página de inicio y la barra. Ahora hay tantas posibilidades, tantos dise?adores de sitios web geniales. Elegí los mejores y los observé durante semanas antes de hacer mi elección.

—No entiendo cómo sabes todo esto.

—Aprendes con el tiempo.

—?Has sido tan profesional en el blog desde el principio?

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—No, pero no me arrepiento—。 Hojea propuestas de sitios, y se queda inmóvil por un tiempo, luego me mira de reojo. —?Por qué te interesa esto?

Me encojo de hombros. —Me gustan los blogs. Me ayudan a relajarme. Aprendo cosas nuevas, veo lugares a los que nunca voy.

—Comenzó de la misma manera conmigo—。 Ember sonríe significativamente. —Hasta que en algún momento creé mi propia página web.

Estoy tentado de decir lo que tengo en mente ahora mismo: no tengo ni idea de qué hacer con mi vida, y eso es lo único que me fascina desde hace a?os.

Tal vez algún día pueda decirlo en voz alta. Pero no hoy, miro a Ember. —?Cómo supiste que tenías algo que decir? — Por fin estoy preguntando. Una pálida sonrisa florecerá en sus labios.

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