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Save Us (Maxton Hall #3 )(76)

Author:Mona Kasten

—Sí, nos escribimos el uno al otro—, dice James. —Y esta es mi novia, Ruby.

—Eso es genial—。 Marta levanta un montón de llaves, decoradas con un colgante hecho a mano de madera. —Tu casa está allá arriba en el jardín. Si quieres, te la mostraré enseguida—。 Gira hacia el camino al lado de la caba?a.

James asiente con la cabeza. Seguimos a la mujer a través de un jardín lleno de flores y arbustos hasta llegar a la casita, a unos cincuenta metros de la casa principal. Parece casi residencial, pero está hecha de madera, tiene un techo oscuro y una puerta corrediza, abierta por el 240

momento. Una peque?a ventana está cubierta con una cortina blanca y transparente. Hay escaleras que conducen al interior, las flores huelen bien en toda la casa.

—Aquí estamos—, dice Marta. —En las fotos viste que hay una cama doble y una vista de los campos desde el oeste. El ba?o tiene cosméticos y todo lo que necesitas.

James asiente, pero no puedo quitar los ojos de la casa. La emoción me abruma, desde el estómago hasta la punta de los dedos.

—El desayuno se sirve en el jardín de invierno— Marta continúa.

—Café, selección de té, leche fresca de la vaca de un vecino, mermeladas caseras y huevos de nuestras gallinas. Todas las ma?anas horneo pan fresco, si te levantas lo suficientemente temprano, todavía estará caliente.

—Suena genial—, le digo.

Le da a James las llaves. —Si todavía tienes alguna pregunta, estaré en casa al mediodía. Voy a trabajar más tarde, pero siempre puedes llamarme desde tu teléfono móvil. Tienes mi número, ?verdad?

James confirma moviendo la cabeza. —Si gracias.

—Entonces te veo luego—。 Nos dice adiós y regresa de la misma manera que vinimos aquí. Inmediatamente tomo la mano de James y subo las escaleras cortas que conducen a la casa. Son demasiado estrechas para que caminemos uno al lado del otro, así que avanzo y miro hacia adentro con el corazón en la garganta.

Lo primero que veo es una cama matrimonial, que en esta casa estrecha ocupa espacio de pared a pared. Enfrente, al otro lado de la habitación, veo una chimenea negra y un montón de le?a. En el centro, junto a la pared, hay una cómoda estrecha, con una cafetera eléctrica y 241

una caja de varios tés. Varias tazas cuelgan de los ganchos en la pared.

Las puertas de madera probablemente conducen al ba?o.

James frota el dorso de mi mano con su pulgar. Me vuelvo hacia él.

Me mira fijamente. En sus ojos veo calidez y sentimiento, pero también ansiedad y emoción. Como si no estuviera seguro de cómo reaccionaría.

—Después de todo lo que has pasado en las últimas semanas, he pensado que un momento de descanso te hará bien—, comienza en voz baja. —YO…

No termina porque pongo mis manos alrededor de su cuello. Cierro los ojos y lo mantengo para mí, tratando de recordar este momento para siempre, para volver a él en mis recuerdos cada vez que me siento mal.

—La sorpresa más maravillosa de todos los tiempos— hablo con mi boca en su cuello y luego me inclino hacia atrás y lo miro a los ojos.

—Gracias.

Con una sonrisa, me quita el pelo de la cara. Muevo mi mano en su cuello, lo atraigo hacia mí y lo beso.

Hace un sonido apagado y me abraza más fuerte, me abraza, profundiza el beso. Suspiro mientras nuestras lenguas se encuentran y siento las manos de James en mi espalda. Tejo mis dedos en su cabello y estoy a punto de golpear con mis dientes su labio inferior cuando de repente se aleja de mí.

—No—, dice que sin aliento.

—?No?— Pregunto sorprendida.

Niega con un movimiento de la cabeza. —Tenemos algo más que hacer, Ruby.

Prefiero quedarme aquí. Caer con James en esta cama, disfrutar el 242

hecho de que finalmente estamos solos, con él olvidarse del mundo de Dios. Pero al mismo tiempo tengo curiosidad de por qué vinimos aquí y qué más planeaba para hoy.

—Si lo deseas, podemos organizarlo rápidamente, y luego regresar y continuar— propone.

No lo pienso mucho tiempo.

—Está bien.

Porque no importa a dónde vayamos, ya soy feliz.

Oxford y Brightwell-cum-Sotwell están a sólo unos kilómetros de distancia. Cuando estamos conduciendo, un poco más debido a los atascos, escuchamos un estúpido pero muy divertido programa de radio.

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