Home > Books > God of Malice (Legacy of Gods #1)(119)

God of Malice (Legacy of Gods #1)(119)

Author:Rina Kent

?Desde cuándo llama a mi hermano Bran? ?Y cómo están tan unidos si apenas se conocieron hoy?

Aunque tal vez estoy subestimando la habilidad de Killian para encantar a la gente.

—Vuelvo enseguida —anuncio, aunque no estoy segura de que ninguno de ellos me escuche, ya que el videojuego está muy alto y están discutiendo.

Una razón más por la que elegí esta oportunidad para escabullirme.

Me esconderé en el ba?o hasta que Bran termine con su juego y podamos irnos.

Mis pasos se aceleran hacia el ba?o de invitados en el nivel inferior, que está al lado de la sala de juegos.

Pasos suenan detrás de mí y un repentino escalofrío me recorre la columna vertebral.

—Si corres, te perseguiré. —La voz oscura de Killian impregna el aire con la espesura del humo—。 Y si te persigo, te atrapo. —Su voz se acerca—。 Y si te atrapo, te follo, cari?o.

No me permito pensar en ello mientras corro la corta distancia hasta el ba?o y cierro la puerta con todas mis fuerzas.

Pero una mano se desliza como en una película de terror, completa con el susto y el grito aterrorizado.

Trato de empujar la puerta para cerrarla, pero mi esfuerzo no se compara con su fuerza bruta.

Al poder que hay detrás.

A la intención retorcida que lo cubre.

Soy físicamente lanzada hacia atrás cuando abre la puerta de golpe, pareciendo indiferente, sin esfuerzo, como si no tuviera problemas para eliminar un obstáculo que está en su camino.

Cosa que, sinceramente, creo que no hizo.

Acecha dentro del ba?o, dejando que la puerta se cierre con inquietante lentitud.

Estoy atrapada con un monstruo.

Uno con rasgos bellamente crueles, un físico pecaminoso y sin máscara.

Ni siquiera pretenderá que se lo tomará con calma ahora, ?verdad? No hay promesas de no te haré mucho da?o o no te follaré si me la chupas.

Este es él sin cortes.

Desearía que fuera simplemente un Scarface, que si tratara de despegarla, se derrumbaría. Pero es su verdadero rostro. No hay cicatrices que descubrir, ni realidad alternativa que encontrar.

Y necesito estar fuera de su alcance.

Ahora.

Me dirijo a la puerta del ba?o; mi último recurso es encerrarme allí.

Dos pasos son todo lo que doy antes de que un agarre despiadado de mi cabello me tire hacia atrás.

Grito, pero el sonido es amortiguado por una mano dura en mi boca cuando mi espalda golpea su pecho.

—Shhh. —Sus labios rozan mi oreja, tan pecaminosos y oscuros que se me cae el estómago—。 No querrás que tu hermano entre y vea a su hermana siendo follada en carne viva, ?verdad?

Sacudo la cabeza frenéticamente, pero no estoy de acuerdo con él. Es para que detenga esta farsa jodida.

—?Cómo te llamó? —Su voz suena casual, pero es todo lo contrario. Es lava derramándose de un volcán. Un huracán que está volteando el océano de adentro hacia afuera—。 Correcto, princesita. ?Crees que todavía se sentirá así cuando vea a su hermanita llena con mi semen?

Mi núcleo se aprieta y trato de alejarme de él, pero cuanto más lo hago, más fuerte se vuelve su agarre en mi cabello. Es francamente doloroso y las lágrimas brotan de mis ojos.

—Apuesto a que estás mojada como una peque?a zorra sucia. —Sin esfuerzo empuja hacia abajo mis pantalones cortos para que se junten alrededor de mis tobillos y desliza una mano despiadada dentro de mi ropa interior, ahuecándome—。 Sabía que te empaparías por mí, cari?o. Te gusta que te maltraten hasta que no puedas respirar. Te gusta cómo confisco tu voluntad. Te excita, ?no? Admítelo, no te gusta mi lado amable. Eres una puta por mi lado diabólico.

Grito un “No”, pero sale como un sonido embrujado contra su mano. Sale como una gran mentira que no sé si seguiré creyendo.

Killian empuja mi ropa interior a un lado y mete tres dedos al mismo tiempo. Mis ojos retroceden por la fuerza despiadada y el placer que pulsa a través de mi centro. El hecho de que esté silenciando mi voz y mi respiración hace que esto sea aún más demente.

Eróticamente pecaminoso.

Killian usa su agarre en mi boca para empujar mi cabeza hacia abajo.

—Mira cómo tu co?o se emociona con mis dedos. Querías que te encontrara, te inmovilizara y te obligara a venir. Querías que te doliera más el co?o para que sintieras mi polla a cada paso. Tú me deseas, cari?o.