Clavo mis u?as en el mármol, sintiendo cada caricia, cada estallido de placer en mi interior.
Sus dientes encuentran la carne de mi garganta y muerde, tan fuerte que grito.
—？Está jodidamente claro, Glyndon?
—No… —Lo miro en el espejo y él muerde el lugar al lado.
Un sollozo me deja esta vez, pero la avalancha de dolor se suma a la fricción que provoca su polla.
—Lo intentaremos de nuevo. ?Está jodidamente claro?
—No quiero ser tuya.
—No es tu decisión.
—No quiero perderme a mí misma —admito, las lágrimas se acumulan en mis mejillas.
—No lo harás.
—？Cómo puedo saber? Te estás saliendo con la tuya conmigo.
—Depende de ti si te castigo y no lo disfrutas o si te traigo placer. —Mueve sus caderas y golpea un punto dentro de mí que blanquea mi visión por un breve segundo—。 Di que eres mía, cari?o.
Aprieto los labios, pero la lucha en mí se ha ido hace mucho tiempo. Todavía murmuro.
—Nunca seré tuya.
—Terrible maldito error. —Su ritmo se vuelve frenético y es intenso, tan intenso que lloro.
Tan intenso que desearía poder morir y tener un orgasmo al mismo tiempo.
Pero me hace correrme una y otra vez, exigiendo que diga las palabras.
No lo hago.
él podría matarme y no lo haría.
Esta es la última parte que tengo de mí misma, y me niego con vehemencia a entregarla.
Dijo que no me mentiría.
Yo lo haré.
Hasta que finalmente me deja ir.
27
GLYNDON
Nunca supe que la vida podría ser tan agitada, absolutamente extra?a y francamente… surrealista.
Ha pasado una semana desde que Killian me folló contra el mostrador del ba?o, o más bien me castigó.
Me ha estado castigando desde entonces.
Sí, me deja correrme, incluso llega a hacerme rogar por un orgasmo, y mientras disfruta satisfaciéndome, también le gusta demostrar su dominación y el hecho de que tiene todas las cartas.
Me levanta y me tira hacia abajo, con sus dedos en mi garganta y su polla haciendo estragos dentro de mí. Muerde y abofetea y deja todo tipo de chupones y moretones, especialmente donde todos pueden verlos.
él hace que su misión sea tocarme de alguna manera en público, ya sea con su brazo alrededor de mi cintura o mi hombro, o mi mano metida en la suya. Cualquier cosa que le permita al mundo saber que le pertenezco.
Que nadie se atreva a “mirar lo que es suyo”， como tan elocuentemente me dijo.
Sin embargo, a diferencia de lo que predije, no ha tratado de obligar a mis amigos a aceptarlo. En cambio, ha utilizado un enfoque manipulador como la forma en que consiguió que Bran se pusiera de su lado.
Ha irrumpido en nuestro círculo, sin siquiera pedir permiso, y se sienta con nosotros para el almuerzo, que ahora prepara para mí todos los días. Se complace en los intereses de todos y ha hecho que lentamente salgan de sus caparazones y lo acepten.
Ni una sola vez usó violencia o los amenazó, eso obviamente solo está reservado para mí.
En cuanto a sus reacciones, difieren. Ava está totalmente a favor de que tenga sexo, Cecily todavía no confía en él, Annika parece sentir lástima por mí más que nada, Remi se enteró al final y se volvió adorablemente dramático, y a Creighton simplemente no le importa.
Cuando le dije a Killian que Remi es el más divertido de todos, no pareció divertido.
Si antes pensaba que Killian era autoritario, me he dado cuenta de que no es nada menos que un dictador. No solo quiere que se cumplan todas sus órdenes, sino que también tiene tolerancia cero para la oposición.
Cuanto más digo que no, más despiadado se vuelve. Cuanto más lucho, más severo es mi “castigo”。 Y eso puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar. Ya sea en su automóvil, que lo arreglaron en un tiempo récord, su habitación, mi habitación, después de que se escabulló por el balcón, o en el lago de las luciérnagas, ese se convirtió en nuestro lugar de encuentro.
La conclusión es que estoy atrapada más profundamente en la red que ha estado personalizando para mí y no estoy segura de cómo salir.
?Quiero siquiera una salida?
Killian no es totalmente un demonio y en realidad puede ser agradable. él prepara todas mis comidas y se asegura de que coma mi comida y beba mi agua; sonaba totalmente como un médico cuando ordenó eso.