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God of Malice (Legacy of Gods #1)(144)

Author:Rina Kent

—?Qué pasa si nos caemos en picada directamente al océano? Todos moriremos, seremos devorados por tiburones, y es posible que nunca nos encuentren. Dolerá mucho.

—En realidad no, estamos a más de veinte mil pies de altura, así que si caemos desde esta altura, la fuerza g nos dejará inconscientes en unos veinte segundos. La buena noticia es que no sentirás nada. La mala noticia, no habrá restos que recuperar ya que la fuerza del choque nos desintegrará a nosotros y al cuerpo del avión”。

Finalmente desvía su atención de la ventana para mirarme como si hubiera asesinado a su cachorro favorito.

—?Se suponía que eso me haría sentir mejor?

—Depende de si dejas de pensar o no que nos estrellaremos. Esos no son realmente comunes.

—Pero suceden.

—Entonces piensa en esto como tu último grito de batalla. ?Quieres tener una última follada?

—No eres gracioso. —Traga—。 Los vuelos realmente me ponen nerviosa. Por eso hago que Cecily y Ava conduzcan conmigo desde Londres hasta la isla.

—Eso es porque tu cabeza está en el lugar equivocado. En lugar de concentrarte en el accidente y el avión, debes ocupar tu tiempo con otra cosa.

—?Cómo qué?

—Súbete a mi regazo.

—No estoy de humor para el sexo, Killian.

—No te voy a follar.

—?De verdad?

—De verdad. Gareth podría oír tus fuertes sonidos de placer y entonces tendría que echarlo del avión. Así que ven aquí.

Duda por un segundo antes de ponerse de pie, luego se detiene.

—Acabas de decirlo. Gareth está justo ahí.

—No significa que no pueda tocarte. —Agarro su mu?eca y tiro de ella para que sus piernas se extiendan sobre mis muslos.

Luego envuelvo mis brazos alrededor de su cintura, acariciando la piel debajo de su parte superior en círculos lentos.

Ella me mira por un momento, su respiración se calma lentamente. Así que beso su frente, disfrutando el escalofrío que recorre su cuerpo.

—?Mejor?

—Sí —se enfurru?a—。 Pero sigo sin querer hablar contigo.

—Aún puedes usar el calor de mi cuerpo para calmarte.

—?Permitirías que te usaran?

—?Por ti? Absolutamente. —Y lo digo de verdad. Si esta mujer me pide que me abra el pecho y le ense?e el órgano que me pide, lo arrancaría de los tendones y lo pondría a sus pies.

Sin embargo, todas las otras tonterías que pidió no sucederán.

Es simplemente imposible.

Su cuello se enrojece, y juro que está sonrojada, probablemente tocada, pero luego deja que su repugnante boca tome el control.

—Todavía no te da derecho a secuestrarme.

—?No querías más de mí? Te llevaré a conocer a mis padres.

Su mirada se desvía hacia los lados, y odio cuando rompe el contacto visual. Tengo que verla todo el tiempo, y ella nunca se ha alejado de mí, así que cuando rompe nuestra conexión, siento una extra?a sensación de pérdida.

Como si sintiera el cambio, su mirada se encuentra lentamente con la mía nuevamente.

—?Con cuántas has probado este truco?

—Eres la primera.

—?Se supone que debo sentirme especial por vencer a todas las chicas, y aparentemente a los chicos?

—Cinco de cinco muy recomendable, y no seas homofóbica. No se ve bien con el resto de tu moral.

—La homofobia no tiene nada que ver con esto. Solo estoy pensando si tal vez te encontraré con un hombre o una mujer en la cama en el futuro.

—Probablemente ambos al mismo tiempo. —Cuando palidece, agrego—。 Fue un chiste.

—Pensé que no bromeabas.

—Lo hago contigo.

Coloca una mano en mi hombro, probablemente para mantener el equilibrio, pero elijo pensar que también quiere tocarme de alguna manera, de la forma en que lo hago con ella.

—?Eres bisexual?

—Nikolai es.

—?Y tú? ?Te atraen los hombres?

—Realmente no. Me atrajeron todos los agujeros disponibles. El género no importaba.

—?En pasado?

—Hacía meses que no me importaba el sexo en general, ya sea con hombres o mujeres. Todos se estaban volviendo repetitivos, sosos y dolorosamente aburridos.

—Hasta que me encontraste —susurra.

—Hasta que te encontré. En la cima de ese acantilado, parecías tan inocente e ingenua, quería empa?arte de alguna manera, arruinar esa aparente inocencia y ver qué había detrás.