Glyndon me da un codazo y la dejo, recibiendo el golpe y fingiendo una mueca.
—No —susurra ella.
—Sabes que esa palabra no tiene significado para mí —susurro de vuelta, luego miro al chico que no es su tipo. Jeremy y Nikolai dicen que tengo la cara más aterradora de “vete a la mierda” y aprovecho al máximo mientras bajo la voz—。 Killian Carson, el novio de Glyndon. ?Tú eres?
—Tú no eres… —Es mi turno de apretar mi agarre en su hombro, haciéndola estremecerse y callarse.
El chico que no es su tipo se aclara la garganta, su expresión vacilante.
—Stuart. Glyn y yo vamos juntos a la escuela.
Stuart. Pff. Por supuesto, su nombre es el maldito Stuart.
Es con esfuerzo que reprimo la risa.
—Encantado de conocerte, Stuart, es un nombre tan encantador. ?Cómo están tus padres?
—Eh, bien. ?Creo?
—Tal vez quieras llamarlos. No confiaría en la seguridad de las personas con tales habilidades para nombrar.
Esta vez, Glyndon me da un codazo lo suficientemente fuerte como para hacerme gru?ir y le sonríe.
—No prestes atención a Killian. Tiene un sentido del humor retorcido.
—Está bien, Glyn.
—Glyndon. —Mi humor desaparece—。 Ese es su nombre.
—Eh, cierto. —Stuart-todavía-no-su-tipo alcanza distraídamente su bolsa de mensajero y se pone de pie—。 Yo… eh, tengo que hacer una tarea. Te veré por ahí, Glyn… don.
El hijo de puta escapa como si su trasero estuviera en llamas y sigo observándolo hasta que desaparece en el edificio mientras simultáneamente pienso en formas efectivas de evitar que siga respirando cerca de ella.
Glyndon intenta liberarse de mí y falla rápidamente, lo que la hace resoplar, e incluso el sonido es adorable.
?Qué diablos la hace eso?
El misterio está empezando a cabrearme.
—?Qué demonios te pasa? ?Por qué asustaste a Stuart? Es un poco delicado.
Me río y niego con la cabeza.
—Por supuesto que es delicado. Me sorprendería que sea cualquier cosa menos una delicada flor con ese tipo de nombre. Debería haber una petición para encerrar a sus padres por eso.
—Eres un maldito idiota. Déjame en paz.
—?No escuchaste? Ahora somos novio y novia. No puedo dejarte sola.
—No quiero ser tu novia. De hecho, no quiero ser tu nada.
—Menos mal que no tienes nada que decir. Además, me dejaste en Visto.
—No estaba de humor para hablar contigo mientras te follabas a tu novia.
—Mírate siendo adorablemente celosa. ?Estabas molesta porque le desgarré el co?o con mi polla? ?Me imaginaste comiendo su co?o y haciendo que se atragante con mi semen como lo hice contigo? ?Dolió?
Gira la cabeza en mi dirección, sus labios se afinan en una línea.
—Jódete.
—No, en realidad me dijiste que me fuera a joder a Cherry. —Saco mi teléfono y me desplazo a mis contactos—。 Por lo general, está a una llamada de distancia. Si ella viene, ?te quedarás a mirar esta vez o huirás como un conejito asustado otra vez?
Me empuja, más fuerte esta vez, y aunque usa toda su fuerza, todavía la inmovilizo en su lugar, mi voz pierde toda indiferencia.
—Siéntate, carajo. No hemos terminado.
Su rostro se tuerce y una lágrima se aferra a su párpado.
—Ya tienes un juguete para follar, ?por qué no me dejas en paz?
—Cherry no es mi juguete sexual, tú lo eres. Si vuelves a hacerte la difícil y dices que no te importa si me la follo, la embutiré con mi polla mientras miras, entonces revocaré mi buena fase y te desfloraré en el acto. No soy una persona paciente, Glyndon, pero he estado tratando de conjurar ese rasgo para ti. Si no muestras aprecio por mis esfuerzos, simplemente dejaré que mi lado diabólico se haga cargo.
Sus labios se separan, parte de la lucha se dispersa.
—?Tú… no te acostaste con ella?
—No. ?Quieres que lo haga?
Ella mira al costado, al suelo. A cualquier lugar menos en mí. Sin embargo, puedo ver su garganta subiendo y bajando al tragar.
Uso mi mano en su hombro para que su atención vuelva a mí.
—Responde la pregunta. ?Debería llamar a Cherry?
—No. —Su voz es apenas un susurro, consumida por la conmoción que nos rodea, pero la escucho.