—Recetas de Internet. ?Alguna vez has oído hablar de ellas?
—Mis pruebas de recetas en Internet han sido un gran desastre hasta el punto de que mamá me echó de la cocina. Después de que encendí la estufa.
—Por suerte para ti, soy un buen cocinero.
—？Estás tratando de enojarme siendo modesto? Eres como un genio.
—Eso dice todo el mundo hoy como si fuera un nuevo descubrimiento. Nací siendo un genio, cari?o.
—No seas engreído.
—Aunque es mi encanto.
Ella pone los ojos en blanco pero sigue comiendo, soltando un sonido de satisfacción de vez en cuando. Es similar a un gemido, pero no realmente, y podría mirarla todo el día.
Glyndon tiene gracia, incluso mientras come. Hay una elegancia en sus movimientos y un aura majestuosa en su presencia. Una parte de mí anhela empa?arlo de las peores maneras.
Y protegerlo también.
—No puedo creer que esta sea tu primera vez —murmura después de tragar el contenido de su boca.
—？Muy celosa, mi conejito?
Su cabeza se inclina en mi dirección, haciendo que los mechones rubios y color miel camuflen la mitad de su rostro.
—？Qué pasa con ese apodo?
—Estabas corriendo rápido ayer. Me gustó.
—Bueno, no me gustó lo que hiciste después. ?Por qué diablos publicaste esa foto en IG?
—Cielos, cari?o. ?Me estás acosando? —Sonrío—。 Mamá, ven a buscarme. Tengo miedo.
Ella sonríe, luego lo oculta.
—Debería ser al revés, idiota.
En broma, golpeé mi hombro contra el de ella.
—Tengo que hacer un reclamo para que nadie se atreva a acercarse a lo que es mío. Como el querido viejo Stuart.
—Deja de burlarte de él. Eres increíble.
—Y también lo es tu pintura “mi tipo”。 Borra eso.
—No.
—？Tengo que ir por el camino difícil con esto?
Sus labios se abren de nuevo, y deja de picar su ensalada para inspeccionar su entorno.
—No puedes hacer nada. Estamos en público.
—Piensa otra vez. —Tomo su teléfono de su regazo y lo coloco frente a su cara, desbloqueándolo.
Cuando ella sale de su aturdimiento, ya estoy en su Instagram y procedo a borrar la foto de “mi tipo”。
—？Alguna vez has oído hablar de la privacidad?
—No creas en esa palabra cuando se trata de ti. —Mientras estoy en eso, voy a sus contactos y veo cómo me nombró.
—Lo de psicópata es lindo. —Le doy un beso en la mejilla y se congela mientras me tomo una selfie y luego la pongo como imagen para mostrar—。 Ahí. Mucho mejor. Puedes mirar esto con los ojos cuando me extra?es.
—？Como si lo hiciera!
Me río mientras ella trata de recuperar su teléfono y falla. Una y otra vez.
Finalmente, se da por vencida y lanza dagas con los ojos en mi dirección.
—Ugh. Idiota.
Veo que tu repertorio de insultos se ha enriquecido.
—He aprendido del mejor.
—Feliz de ayudar. ?Cómo me vas a pagar? Voto por una mamada.
—En tus sue?os.
—En mis sue?os, tu sangre está manchada por toda mi polla, así que a menos que quieras recrear la imagen, te sugiero que cambies de tema. —Agarro su mano y la coloco en mi bulto.
Sus mejillas se vuelven carmesí mientras retrae su mano rápidamente.
—Pervertido.
—Si crees que eso es un insulto, piénsalo de nuevo.
Ella suelta un suspiro pero elige seguir comiendo en su lugar.
Así que insto.
—Por cierto, ?a dónde deberíamos ir más tarde?
—？Por qué tenemos que ir a algún lado?
—Porque estamos saliendo, o cualquier etiqueta que quieras ponerle. En retrospectiva, eso significa que eres mía.
Ella suelta un suspiro de exasperación.
—Ven a la mansión. Niko está organizando una fiesta.
—Paso. Esa no es mi escena.
—Mmm. Entonces, ?cuál es?
—Noches tranquilas. Mantas acogedoras y una película que invita a la reflexión. Ese tipo de cosas.
—Tu idea de la diversión es incluso peor que tu gusto por los hombres.
—Lástima que no te pedí tu opinión.
—Lástima que la estás consiguiendo. ?Qué película vamos a ver esta noche? Traeré bocadillos.