Home > Books > God of Malice (Legacy of Gods #1)(104)

God of Malice (Legacy of Gods #1)(104)

Author:Rina Kent

—Los milagros ocurren.

—?Por qué?

—Porque el sexo comenzó a volverse aburrido y preferiría no aburrirme hasta la muerte.

—Encuentro eso difícil de creer, considerando tu persistencia en follarme.

—Eres diferente.

Puedo sentir el momento en que los latidos de su corazón se aceleran contra mi pecho incluso cuando su rostro sigue siendo el mismo.

Nueva resolución: estar siempre en condiciones de sentir su pulso, porque ese hermoso hijo de puta nunca miente.

A diferencia de ella.

—?Es por eso que me estás dando tiempo fuera? ?Porque soy diferente?

—Te lo dije, puedo ser amable.

Resopla.

—Realmente deberías dejar de decir que tu versión suave es amable cuando es simplemente una fase tranquila.

—?Versión suave?

—Tienes esos momentos en los que eres un poco amigable, pero a menudo son ahogados por tu lado diabólico.

—Porque tú lo provocas.

—Así que es mi culpa que tu naturaleza sea diabólica.

—No. Pero puedes sacar mi lado amable si así lo deseas. Tomaría esfuerzo ya que no es algo natural para mí, pero se puede hacer.

—?Y cómo hago eso?

—No tienes que intentarlo a veces. Como ahora mismo. Tenerte así de dócil en mis brazos es suficiente.

Sus labios se separan, lo que es una indicación de sorpresa o de ser tocada, o ambos. Con suerte, es ambos.

Me gusta meterme debajo de su piel. Es lo más cerca que puedo llegar a ver dentro de ella sin que su sangre decore mi alfombra.

Ella se aclara la garganta.

—?Puedo preguntarte algo?

—Ya lo hiciste.

Ella rueda los ojos.

—?Puedo hacer otra pregunta?

—No tienes que pedir permiso para preguntarme nada.

Su garganta sube y baja al tragar y apenas puedo resistir la necesidad de envolver mis dedos alrededor de su cuello.

Esto es malo.

Normalmente no me gusta estrangular fuera del sexo. Pero tal vez el estado de desnudez de nuestros cuerpos es lo que desencadena esto.

O elijo creer eso.

—Antes, si hubiera dicho que no y te hubiera pedido que pararas, ?te habrías detenido?

—?Por qué haces una pregunta hipotética cuando todo está dicho y hecho?

—Porque sí.

—Mierda. Te sientes culpable por quererme y estás tratando de convencerte de que no podrías haber detenido esto incluso si lo hubieras intentado.

—?Podría haberlo detenido? —susurra.

—Tal vez o tal vez no.

—Eso no es una respuesta.

—Es la única que obtendrás.

Suelta un sonido de frustración y luego permanece en silencio, probablemente pensando en métodos para conseguir lo que quiere o hacerme enojar. Parece tener una habilidad especial para eso.

Después de un rato de completo silencio, extiende una mano a mi costado. Es vacilante al principio antes de que se vuelva más atrevida y deslice sus dedos sobre mi piel.

—?Por qué te hiciste ravens2 como tatuajes?

—Son cuervos, no ravens.

—No hay mucha diferencia.

—Al contrario. Los ravens tienen que ver con los malos presagios y la terminología del mal destino en la que no creo.

—?No tienen los cuervos el mismo simbolismo?

—No. Los cuervos tienen que ver con la muerte, más espiritual que física. Me hice estos tatuajes después de matar al impulsivo, con poco autocontrol y descaradamente violento Killian. Era una desgracia para el yo equilibrado del presente.

—O simplemente quería ser entendido. —Su suave murmullo hace eco en el aire, luego frunce los labios como si se arrepintiera de lo que dijo.

Mi cuerpo se pone rígido. Esa es la primera puta vez que alguien dice eso sobre mi versión menos sofisticada.

Y no sé si debería o no estrangularla por ello.

Envuelvo mis brazos alrededor de su cintura y la levanto conmigo mientras me pongo de pie.

Ella jadea y automáticamente se aferra a mí mientras entro al ba?o.

—?Qué estás haciendo?

—Me ocuparé de tu molesto dolor antes de follarte de nuevo.

23

GLYNDON

—Esperaba la traición de cualquier persona en el mundo, pero no de ti, Glyn. ?De verdad me estás abandonando?

Mis ojos se abren de golpe y un sonido gutural hace eco en el aire. Es mi respiración, me doy cuenta, mientras trago la baba que se acumula en mi boca.