—Te haré saber que mi novio de la escuela secundaria tenía una polla enorme.
—Dijiste eso para enojarme, ?no?
Ella levanta una ceja.
—?Está funcionando?
Esta maldita bruja está aprendiendo más rápido de lo que debería permitirse. Continuaré y diré que esperaba que ella corriera hacia las colinas cuando admití que me gustaba matar ayer.
Y yo estaba listo para perseguirla, amarrarla a mi cama y, evidentemente, hacer que agregara más odio a mi sección dedicada en su cabeza.
Así que imagina mi jodida sorpresa cuando se quedó. Estaba cagada de miedo, temblaba con eso, casi vomitaba por eso, pero se quedó.
Sin embargo, hizo algo mucho más interesante que quedarse.
Glyndon realmente escuchó.
También hizo preguntas y estuvo completamente en el momento conmigo.
Quería conocer ese lado mío y rechazó las máscaras con las que todo el mundo, incluidos mis padres, se sienten cómodos. Glyndon King dijo que quería la verdad y lo decía en serio esta vez.
—?Es verdad? —pregunto en lugar de responder a su pregunta—。 ?Has visto su presuntuosamente enorme polla?
—Sí. Yo era virgen, pero no del todo inexperta. Tonteé.
—Mmm. Voy a necesitar un nombre.
—Glyndon King. —Ella me ofrece su mano—。 Encantada de conocerte.
Observo su mano y luego su rostro.
—?Se supone que esto es sarcasmo?
—?Se supone que debes ser tan grosero? —Agarra mi mano y la sacude—。 Listo, ?ves lo fácil que es ser realmente agradable?
Tiro de ella tomándola de la mano y grita cuando choca contra el costado del auto.
—Tranquilo, vaquero —dice con voz entrecortada.
—No coquetees y no me jodas, Glyndon. ?Cuál es el nombre del idiota?
—?Sabías que tienes, como, hermosas manchas negras en tus ojos azules? Es una obra maestra genética.
—Te estás estancando.
—Y se suponía que te habías ido. Dos minutos más y el severo director del dormitorio vendrá a ahuyentarte con una escoba.
—Un nombre. La última vez que pregunto.
—Solo detente, Killian. —Está medio exasperada, medio resignada—。 No puedes simplemente cazar a todos los hombres de mi pasado.
—Y tu presente y futuro combinados. Pero vamos a empezar con el tipo de supuestamente gran polla. Lo siento, quiero decir enorme.
—Se tomó un tiempo libre para trabajar como voluntario en organizaciones de derechos humanos en áfrica.
—Incluso te mantienes al día con su vida. Anda, dame más razones para grabarlo en mi lista negra.
Se ríe un poco.
—Eres imposible. ?Lo sabes?
—Por supuesto que sí. Esa frase es tu mantra de todos los días.
—Tú eres el que dijo que el pasado está en el pasado. Yo debería ser la que se ofenda con tus innumerables novias, amigas sexuales y perversiones, no al revés.
—Nunca tuve novia. Hasta ti, por supuesto. Aunque prefiero los términos mi chica, mi mujer, mía que, por cierto, aún no has expresado.
Sus mejillas se ti?en de rojo.
—?Qué pasa con Cherry?
—Cherry era un agujero cálido. Agujeros, para ser más específicos.
—Eres repugnante. —Ella desliza su mano de la mía.
—Es desleal y una anarquista impulsiva que es más adicta a las drogas que las estrellas de rock. Además, ?no estás celosa de ella?
—Sean cuales sean mis sentimientos hacia ella, no deberías hablar así de las mujeres. Somos más que simples agujeros para tu entretenimiento.
—?No eres un poco feminista?
—No me pongas etiquetas cuando tú mismo las odias. Ahora buenas noches. En realidad, no te deseo buenas noches.
Se da la vuelta para irse, pero la agarro de la mu?eca y tiro de ella hasta que se golpea contra la puerta.
—No tienes que ser difícil con todo, Glyndon. Está empezando a ser tedioso, repetitivo e irritante.
—Entonces déjame ir —dice inexpresivamente, sus ojos se encienden con un desafío.
—?Sigues en eso? Supongo que no te he castigado lo suficiente.
—Vete a la mierda.
—Oh, cari?o. Sabes que esa boquita asquerosa me pone duro.
Espero que lance uno de sus comentarios mojigatos de mal gusto, pero todas las expresiones desaparecen de su rostro cuando se inclina, nivela su rostro con el mío y susurra: —Entonces quédate duro.