Glyndon se detiene y busca a nuestro alrededor en busca de posibles espías, luego me mira ce?uda.
Me encanta cuando frunce el ce?o. Es el lenguaje de amor de mi Glyndon.
Y como me encanta, presiono:
—A menos que hayas cambiado de opinión y ?prefieras pasar la noche en mi cama, que es de cinco estrellas, muy recomendable?
—En tus sue?os.
—Te dije que mis sue?os son mucho más oscuros y perversos que la realidad. Entonces, si estás dispuesta a explorar más de tu sexualidad, estoy listo.
Ella se da la vuelta y me enfrenta. Sus mejillas están rojas y su cabello color miel vuela con el viento. Ahora, no sé cómo se ven los ángeles y probablemente nunca lo sabré, gracias a la mierda que tengo un lugar designado en el infierno, pero ella es lo más parecido a un ángel que he visto.
Mi propio ángel.
Glyndon me mira con la picardía de un detective aficionado.
—?Hiciste eso mucho? ?Explorar tu sexualidad, quiero decir?
—?Porque lo preguntas?
—Tengo curiosidad.
—Si te refieres a si fui a clubes sexuales y probé sexo, entonces sí, lo hice.
Se acerca como un gatito curioso.
—?Qué probaste?
—Cuerdas, cadenas, bastones, mordazas, ataduras, juegos de respiración, juegos con cuchillos, juegos de impacto, D/s, S/M, objetivación, electro estimulación, lo que sea.
Sus labios se separan y agito la mano.
—?Hola? Tierra a mi conejito.
—Vaya. —Finalmente exhala—。 Ni siquiera sé qué significan la mitad de esos.
—?Cuáles? Con gusto te lo explicaré.
—No, gracias. Probablemente terminarás probándolos conmigo.
—No si no estás interesada.
—?En serio?
—Realmente necesitas dejar el hábito de cuestionar todo lo que digo.
Cambia de un pie al otro.
—Solo me sorprende que hayas renunciado voluntariamente a la oportunidad de probar esas cosas conmigo.
—No necesito eso cuando estoy contigo.
Ella hace una pausa.
Hago una pausa
Todo el mundo jodidamente se detiene.
Así es. No lo necesito.
—?De verdad…? —se calla cuando se da cuenta de que está repitiendo el puto hábito, y luego suelta—: Quiero decir, ?por qué no? Obviamente los disfrutaste.
—No estoy seguro de haberlos disfrutado realmente. Solo llegué a esos extremos porque el sexo normal no me proporcionaba la estimulación que necesitaba.
—?Y… yo sí?
—Tú lo haces. Ahora, deja de sonreír como una idiota.
Se echa el pelo hacia atrás, sin dejar de sonreír.
—Debo gustarte mucho, ?eh?
—?Quién es la arrogante ahora?
—Oh, lo siento. No sabía que eras el único al que se le permitía el privilegio.
—Eras una peque?a virgen inocente no hace mucho tiempo, ?recuerdas? Si no te familiarizara con el erotismo, no sabrías lo que significa esa palabra.
—Todavía me deseas más que a todos los clubs sexuales y perversiones.
—Parece que creé un monstruo. Tal vez deberíamos explorar tu sexualidad, después de todo.
—Explorar mi sexualidad significa acostarme con otros, aventuras de una noche. Ya sabes, el sexo pervertido casual que tuviste pero no tuve la oportunidad de probar.
Mi sonrisa desaparece.
—Si estás dispuesta a follar en su sangre, entonces seguro. Tienes luz verde para elegir algunas pobres almas.
—Honestamente harías eso, ?no?
—También tomaré fotos de todo y te las mostraré después de una cena romántica para que lo pienses dos veces antes de considerar la idea de otro pene o co?o.
—Así que tú lo haces y yo no.
—Eres la única con quien me acuesto.
—Estoy hablando de antes.
—Antes está en el antes. No me ves dando vueltas, persiguiendo a tu enamorado del jardín de infantes o tu novio de la secundaria. Podría, pero probablemente no lo haré.
—?Probablemente? —dice con la suficiente incredulidad como para escribir un libro al respecto.
—Dado que en realidad soy el primero, no les guardo mucho rencor. Podría encontrar sus nombres, cortar sus llantas y causar un poco de incomodidad en sus vidas, como esconder sus llaves y reventar sus ventanas. Delitos de poca monta para tontos de pito peque?o.