Home > Books > God of Malice (Legacy of Gods #1)(157)

God of Malice (Legacy of Gods #1)(157)

Author:Rina Kent

34

GLYNDON

Mi corazón se siente más ligero después de la charla con mamá.

Ha pasado mucho tiempo y finalmente tuve la oportunidad de expresar todo lo que acechaba dentro de mí. Tengo suerte de tener una madre paciente y comprensiva como ella.

Cuando me desperté hace media hora con dolor en el co?o y el culo y encontré un mensaje de texto de ella, no pude resistirme a llamar.

Sin embargo, primero me puse los pantalones cortos y la camisa. Hablar de Killian es una cosa, pero dejar que mamá vea las marcas salvajes que dejó en mi cuerpo es completamente diferente.

Gracias a Dios, conservé mi ropa después de comprar el vestido, que el bruto rasgó.

Después de la llamada, mi garganta se ha secado, así que salgo de puntillas de la habitación y bajo las escaleras.

Mis pasos se detienen en el umbral de la cocina y agarro mi teléfono con más fuerza cuando me doy cuenta de que hay alguien allí.

Mierda.

—Ay, Glyn. Ven. —Reina me dice con una sonrisa.

Lleva una hermosa túnica de satén azul que combina con el color de sus ojos.

—?Necesitas algo?

Me aclaro la garganta para combatir la picazón.

—Solo un poco de miel y limón si los tienes.

—?Qué tal si te hago un té de hierbas con miel? Calmará tu garganta en poco tiempo.

—Eso sería genial, gracias.

Me prepara una taza de té que es similar a la de ella y le pone un poco de miel.

Nos sentamos una frente a la otra y tomo el primer sorbo, luego hago una mueca.

—Está caliente, ten cuidado. —Desliza un vaso de agua en mi dirección y lo tomo.

—Gracias. ?Siempre te despiertas en medio de la noche para beber té de hierbas?

—Solo cuando estoy demasiado emocionada para dormir. —Sonríe—。 Es tan raro que Gaz y Kill visiten al mismo tiempo.

Su expresión se vuelve distante y una sonrisa triste levanta sus labios.

—Nadie me dijo que crecería tan rápido y me dejarían. Ojalá volvieran a ser mis ni?os peque?os.

Tomo un sorbo de la taza y, afortunadamente, no está tan caliente.

—Mamá también dice eso de nosotros.

—Todas las mamás lo hacen.

Permanecemos en silencio por un momento mientras contemplo la mejor manera de abordar el tema que me ha estado molestando desde que escuché por primera vez.

Aparentemente, hoy es el día del coraje, porque murmuro: —?Puedo preguntarte algo?

—Por supuesto.

—Se trata del incidente que ocurrió cuando Killian tenía siete a?os.

Su agarre se aprieta alrededor de la copa.

—?él te contó sobre eso?

—Sí, y también dijo que le has tenido miedo desde entonces. ?Es eso cierto?

Hace una pausa, luego toma un largo sorbo de su té.

—?él piensa eso?

—Sí.

—Eso no es cierto. Nunca le tendría miedo a mi propio hijo. Solo… tengo miedo de lo que pueda hacer. —Su mirada se pierde en la distancia mientras su dedo recorre el borde de su taza—。 En ese momento me di cuenta de que él es diferente, que no tiene límites y nadie se los puede imponer. Digamos que tengo malos recuerdos de gente así. Pero eso no significa que le tenga miedo.

La esperanza florece en mi pecho. Si todo es un malentendido, tal vez Killian pueda dejar atrás esa parte de su infancia.

Sí, no lo curará, ya que en realidad no está enfermo, pero al menos le ofrecerá un cierre. Estos son sus padres, después de todo, y no importa cuánto quiera fingir que no lo afecta, sé que sí, al menos un poco.

—No sabía que Kill pensaba eso. Hablaré con él.

—Por favor, no digas que te lo conté.

—No te preocupes. Las chicas tenemos que defendernos unas a otras, ?recuerdas? —Ella sonríe y coloca su mano sobre la mía—。 Gracias, Glyn.

—?Por qué?

—Por traer a mi bebé a casa y devolverle la luz a sus ojos. La perdió hace a?os y pensé que nunca lo volvería a ver.

Estoy a punto de decir que está imaginando cosas y que yo no puedo ser la razón cuando una voz masculina llama desde el pasillo: —?Reina del baile? ?Dónde estás? Sabes que no puedo dormir sin ti a mi lado.

—Shhh, mantén nuestra conversación en secreto. —Se lleva un dedo a la boca—。 Esa es mi se?al para irme.