—Púdrete. No soy tu cari?o.
Su mano libre se extiende hacia mí y me congelo, pensando que me estrangulará de nuevo.
Las imágenes de él escabulléndose en mi pesadilla, estrangulándome y luego haciéndome cosas indescriptibles se vienen abajo. No quiero pensar en mi estado cuando me desperté o dónde estaba mi mano.
Es como la vez que me acaricié el cuello mientras miraba esa maldita pintura que de alguna manera no pude destrozar.
Sin embargo, sus dedos se filtran en mi cabello suavemente, con amor.
—？Mencioné que tu pelea es adorable? La forma en que tus hermosos ojos luchan tanto con el miedo como con la determinación es excitante. Me pregunto si esta es la mirada que veré cuando te retuerzas debajo de mí mientras te lleno el co?o con mi polla.
Mis labios tiemblan. Todavía no estoy acostumbrada a la forma en que habla tan sucio tan casualmente, pero digo:
—Lo único que verás es tu sangre mientras te apu?alo hasta la muerte.
—No me importa. El rojo resulta ser mi color favorito. —Se?ala con la barbilla los patrones rojos de mi camisa—。 Tu estilo es lindo.
No quiero ser linda con este bastardo. No quiero ser nada para él, ?por qué su atención?
Es sofocante.
Lo único que respiro, veo o siento es él. El aroma embriagador, el físico intimidante y la presencia inquietante.
—He estado pensando —reflexiona, todavía acariciando sus dedos en mi cabello sin ningún tipo de ternura—。 ?No vas a preguntar en qué he estado pensando?
—No estoy interesada.
—Mira, ahí es donde haces las cosas mal, Glyndon. Si continúas antagonizándome por deporte, solo lograrás salir herida. —Su tono no contiene ninguna amenaza, no una obvia, de todos modos—。 Como estaba diciendo, he estado pensando en la mejor manera de tener tus labios alrededor de mi polla de nuevo. ?Qué te parece?
—？Para morderte la polla de verdad esta vez? Por supuesto.
Se ríe, el sonido es suave, pero su toque en mi cabello es todo lo contrario.
—Cuidado. Te permito presionar, pero no confundas mi tolerancia con la aceptación. No soy un hombre generoso.
—Qué sorpresa.
—Tu terquedad puede ser irritante, pero lo suavizaremos. —Mete un mechón de cabello detrás de mi oreja—。 Sal conmigo a dar un paseo.
Lo miro fijamente, con los ojos muy abiertos, esperando que se ría.
No lo hace.
—？En serio?
—？Parezco del tipo bromista?
—No, pero debes ser del tipo delirante si crees que iré a algún lado contigo.
—De buena gana.
—？Qué?
“No irás a ningún lado conmigo voluntariamente. Pero puedo encontrar maneras de sacarte de aquí y nadie te verá.
—Mi hermano y mis primos están allá —siseo, buscándolos con la mirada.
Vamos, Lan, incluso tus locuras son bienvenidas en este momento.
—Ellos tampoco verán —dice casualmente—。 Si elijo hacerlo, nadie volverá a saber de ti y serás una miserable estadística.
Un escalofrío recorre mi espina dorsal porque lo sé, solo sé que esto no es un asunto de broma para él y que, si así lo decide, podría y definitivamente cumpliría su palabra.
—Basta —susurro.
—Podría considerar eso cuando hagas lo que te pedí antes y vayas a dar un paseo conmigo.
—？Para así tener luz verde para hacer lo que amenazaste? Si realmente me secuestras, nadie se dará cuenta ya que te acompa?é por mis propios pies.
—Eso es cierto, pero prometo devolverte a salvo.
—Disculpa por no creerte.
—Mmm. —Acaricia el lóbulo de mi oreja, de un lado a otro como una canción de cuna espeluznante—。 ?Qué te haría creerme?
—Nada. —Respiro con dificultad, en parte por estar en su presencia y por el hecho de que no deja de tocarme. No reacciono bien a mi mundo sensorial y se nota—。 No confío en ti y nunca lo haré.
—Como dije, nunca digas nunca. —Sus ojos mantienen a los míos como rehenes por un segundo, dos, y juro que voy a prender fuego por el tercero—。 ?Qué tal si demuestro que cumplo mi palabra?
—？Cómo diablos harías eso?
—Ganaré este próximo enfrentamiento por ti.