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God of Malice (Legacy of Gods #1)(31)

Author:Rina Kent

—Oh, entonces golpearás a Creigh, quien resulta ser mi primo, para probar un punto. Que clásico movimiento.

—Lo perderé entonces —dice sin pesta?ear—。 Seré golpeado para probar un punto.

Mis labios se abren, pero me recupero rápidamente.

—No quiero eso.

—Eso es lo que obtendrás. —Me vuelve a peinar el cabello—。 Y verás cada momento, bebé. Si te atreves a irte, enviaré a ese primo tuyo a un coma.

—Tú… no lo harías.

—Pruébame.

—?Por qué diablos estás haciendo todo esto? ?Estás loco?

—Quizás. Después de todo, la locura, la maldad y la crueldad son ilimitadas y sin ley. Prefiero estar loco que ser un tonto común. —Se inclina y mi corazón deja de latir por una fracción de segundo mientras besa la parte superior de mi cabeza lenta y suavemente—。 Espérame, cari?o.

Y luego su toque se ha ido, al igual que los restos de mi frágil cordura.

Solo puedo mirar mientras corre a través de la multitud y se dirige al medio del ring.

8

GLYNDON

Esto es una locura.

él está loco.

He sido muy consciente de ese hecho desde la primera vez que lo conocí, pero ahora estoy cien por ciento segura. No hay duda sobre su psicosis.

Mis dedos se aprietan y los deslizo contra mis pantalones cortos, luego saco mi teléfono y toco el número de “Emergencia”。

Suena una vez. Dos veces.

Y luego responde con una voz medio dormida.

—?Hola? ?Glyndon? —La voz masculina mayor habla con su calidez habitual—。 ?Estás ahí?

—Mmm, sí. Lo siento si te desperté.

—No, solo estaba viendo la televisión y me quedé dormido. ?Dónde estás? Suena ruidoso.

—Estoy afuera con amigas. —Pateo una piedra imaginaria—。 Está regresando, doctor Ferrell. No puedo… ya no puedo controlarlo.

—Está bien. Respira. —Su voz se vuelve sobria, sonando tranquilizadora como la primera vez que mamá me llevó a él a petición mía.

Desde mi adolescencia sufría de un enorme complejo de inferioridad y no podía sobrevivir en nuestra casa sin la necesidad de hacer algo nefasto.

No importaba cuánto trataran mis padres de hablarme, siempre encontraba una manera de escapar a mi propia cabeza y bloquearlos.

Ahí es donde intervino el doctor Ferrell. Yo dudaba demasiado en hablar con mi familia, pero podía abrir mi corazón a un profesional. Me ense?ó a reconocer cuando estoy abrumada, a hablar de ello en lugar de enterrarlo, a pintarlo en lugar de dejar que me desgarre de adentro hacia afuera.

Pero ahora no tengo mi pincel ni mi lienzo, así que solo podía llamarlo. Así de tarde. Como un fenómeno.

—?Qué hizo que volviera? —pregunta después de un momento.

—No sé. ?Todo?

—?Esto tiene que ver con Devlin?

—Sí y no. No me gusta que la gente viva su vida como si Devlin nunca hubiera formado parte de ella. No me gusta cómo andan de puntillas alrededor de su nombre como si nunca hubiera estado allí, o cómo incluso están iniciando rumores sobre sus extra?as tendencias. Era su única amiga, lo conocía mejor, podría defenderlo mejor, pero en el momento en que quiero hablar, mi lengua se traba y empiezo a hiperventilar. Odio esto, a ellos, el hecho de que lo borraron como si nunca hubiera existido. —Una lágrima cae en cascada por mi mejilla—。 Dijo que sucedería, que él y yo seríamos olvidados, y creo que… tal vez… tal vez eso sea cierto.

—Acordamos no ir allí, Glyndon. Devlin fue amado por ti y lo recuerdas.

—Pero eso no es suficiente.

—Estoy seguro de que es para él.

Un largo suspiro sale de mí, dejando que sus palabras penetren. Cierto. El mundo nunca entendió a Dev, entonces, ?por qué deberían recordarlo?

Soy suficiente

—?Puedes decirme la razón detrás del desencadenante de tus emociones?

Froto mi palma contra mis pantalones cortos y miro a la multitud donde ese psicópata desapareció. Ya ni siquiera está a la vista y, sin embargo, él es, sin duda, la razón por la que cada piedra que cuidadosamente puse dentro de mí se está derrumbando.

O al menos, es la gota que hizo rebosar la copa.

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