El plan es simple pero brutal.
Al caer la noche, Jeremy, Nikolai, Gareth y yo nos pusimos nuestras máscaras faciales cosidas de neón con la opción anti gas a?adida y nos colamos en el recinto de los Serpents.
Hay una plaga que nos sigue con su máscara dorada, pero lo ignoro.
Si hubiera sido hace meses o incluso semanas, no so?aríamos con asaltar su mansión. Pero Cherry hizo bien su papel, con algo de insistencia de Gareth.
Ella está tratando de ponerse del lado bueno de él para que no se la devolvamos a su papá en bandeja de plata. Es una sobreviviente de principio a fin y no está por encima de traicionar a su hermano por ello.
No hace falta decir que me aseguré de que estuviera encerrada con Blanco como guardia. Ella podría ser capaz de seducir a cualquiera de nuestros guardias de seguridad, pero nunca a Blanco. Una vez que terminemos aquí, me aseguraré de que los hombres de su padre la saquen de la mansión.
Diviértete en rehabilitación, perra.
Ahora, es hora de rendir homenaje a la otra perra, cuyos hombres de su padre lo escoltarán hasta su ataúd.
La mansión que usan como base es similar a la nuestra, solo que un poco más gótica y más peque?a, como sus pollas.
Y esta noche resulta ser la noche en que eligen un líder, como nos dijo Cherry. Gareth, Landon y yo observamos el monitor de seguridad después de que Jeremy y Nikolai noquean a los guardias.
Los cinco líderes de los Serpents usan máscaras de calaveras similares a la que encontré en Glyndon antes. Han formado un círculo en alguna estrella satánica y están murmurando como malditas brujas.
—?Cuál es Devlin? —pregunta Gareth.
—Sus máscaras son similares, así que no lo sé. —Me encojo de hombros—。 Tendremos que tomarlos a todos.
—Sí, a todos. —Los ojos de Nikolai brillan detrás de su máscara mientras golpea su pu?o contra su palma abierta—。 Los joderé a todos.
—Todos menos a Devlin —digo—。 Su vida es mía.
—Quieres decir mía —me dice Landon y le ense?o el dedo medio.
—Por mucho que me guste esa idea —interviene Jeremy—, eso sería pedir guerra.
Levanto una ceja.
—No sabía que la guerra te asustaba.
—De ninguna manera. Pero es posible que algunos de ustedes no estén preparados para ello.
—Si están de acuerdo con este plan, levanten la mano —digo, luego levanto la mía. Nikolai pone ambas y Gareth lo sigue—。 Supongo que eso lo concluye.
Dejamos a Gareth en la sala de control para cualquier intervención no deseada, y se mantiene en comunicación con nosotros a través de auriculares.
Luego, los cuatro seguimos sus instrucciones para llegar a su sótano donde tienen sus rituales satánicos.
Levanto el tapón del bote de metal y lo veo rodar hacia ellos.
Todos lo miran, luego se dispersan en diferentes direcciones cuando descubren que es gas lacrimógeno.
Uno de ellos cae al suelo, tosiendo, quitándose la máscara. Nikolai lo patea en la mandíbula, mandándolo a volar.
—Hola, chicos, me alegro de verlos de nuevo. Echaba de menos sangrar vuestras caras de maricones.
No es Devlin.
Jeremy y Landon se separan, atrapan a los demás, los golpean y les quitan las máscaras, pero no hay se?ales de Devlin.
—?Kill, detrás de ti! —grita Gareth en mi oído.
Me giro y levanto la mano justo a tiempo para que un bate de béisbol caiga sobre mi brazo.
Suena un crujido en el aire, un dolor estruendoso ciega mi visión y mi brazo cae inerte.
Definitivamente roto.
El que lleva una máscara antigás de calavera se ríe con el filo de un lunático.
—Hola, Killian. ?Pensaste que no anticiparía esto?
—Hola, Devlin. ?Listo para conocer a tu creador? —Le doy una patada en el estómago, dejando que el brazo inútil se balancee a mi lado.
Resopla, pero recupera el equilibrio y apunta de nuevo a mi brazo roto.
Esta vez, lo esquivo, y él se ríe.
—?Esta escena significa que tienes mi regalo? Tuve especial cuidado en envolverla en hermosos moretones para ti. Se veía exquisita.
Esta vez, soy yo quien se echa a reír tan fuerte y maniáticamente que hace una pausa. Continúa por tanto tiempo que se enoja y comienza a apuntarme sin una estrategia.