Artie lo anunció finalmente, incapaz de aguantarse:
—Ay, sí, es que Aegan ha invitado a salir a Jude hace unos veinte minutos.
Kiana y Dash se quedaron en shock. Sus vasos ecológicos se detuvieron a medio camino de sus bocas. Casi pesta?earon al mismo tiempo. Nos miraron alternativamente a Artie y a mí, esperando que alguna desmintiera eso. Luego comprendieron que era cierto.
—?Qué? —escupió Dash, impactado—。 ??Y qué dijiste?!
—Que no —contesté con obviedad.
Volvieron a quedarse atónitos. Se miraron las caras y luego me miraron a mí. Su reacción me hizo entender que mi ?no? había sido casi una proeza, algo extraordinario.
—Pero ?mujer, ?de qué […] tú?! mujer!, ?de qué planeta revolucionario has salido tú? —exclamó Dash, entre fascinado y estupefacto.
—Admito que no me lo esperaba —confesó Artie, aún impactada también—。 Creí que Aegan haría cualquier cosa menos esto.
Dash resopló como si ella no supiera nada de la vida. O del trío de hermanos.
—Pues por esa razón lo hizo —aseguró—, porque esperábamos lo peor, no que la invitara a salir. Ha cambiado totalmente de táctica.
Una chica con un uniforme de pantalón y blusa blanca con el sello de Bat-Fit llegó a la mesa en ese instante. Nos miró con cara rara, tal vez porque había escuchado algo, pero se apresuró a parecer servicial y nos preguntó qué queríamos tomar. Artie pidió dos batidos de proteína y chocolate, y la camarera se alejó, aunque echó un rápido vistazo hacia atrás, dando la impresión de querer quedarse cerca para enterarse de lo que sucedía entre nosotros.
Lo que me habían contado sobre ese pobre chico llamado Pierre y los alumnos acribillándolo a preguntas en el debate me había hecho pensar en una teoría conspirativa. ?Y si Aegan tenía espías y servidores en todo Tagus? ?Y si los chicos y chicas, además de ser sus seguidores, también funcionaban como sus sirvientes? él tenía todas las posibilidades de darles algo muy bueno a cambio…
Debíamos hablar más bajo. Iba a proponerlo cuando noté que Kiana se había puesto las manos sobre la boca y que sus ojos estaban abiertos como platos como quien acababa de tener una gran revelación. Me miraba, pero al mismo tiempo no.
—?Qué pasa? —le pregunté, ce?uda—。 ?Se te ha congelado el cerebro con el batido?
Ella volvió en sí y paseó su mirada por todos nosotros, repentinamente acelerada.
—Rápido, nombren a una sola chica que haya aceptado ser novia de Aegan sin querer serlo —nos pidió.
Dash pesta?eó sin ninguna respuesta. Artie negó en silencio, sin dar tampoco ningún nombre.
—No hay, no existe —dijo Dash.
—?Y alguna chica con la que haya durado menos o más de los noventa días de marras? —preguntó Kiana, imparable.
Dash hizo un mohín pensativo, abrió la boca para soltar un nombre, pero luego la cerró, descartándolo. Volvió a abrir la boca con otra idea, pero al final no le pareció buena. Acabó negando con la cabeza.
—Tampoco la hay.
Kiana asintió y extendió las manos con obviedad, como si acabara de darnos la clave de algo, pero pusimos cara de no pillarlo. Más paciencia con los lentos, por favor.
—Esto jamás ha pasado porque es Aegan quien suele terminar el día exacto las relaciones con las chicas con las que sale —intentó ayudarnos a comprender—。 Ninguna chica ha roto con él. él nunca ha sido rechazado.
Volvió a mirarnos a la espera de un gesto de entendimiento por nuestra parte, pero…
—?Por las arrugas de Donatella Versace, ve al grano de una vez, que me tienes en ascuas y esto suena interesante! —le exigió Dash con impaciencia.
Kiana entrelazó las manos sobre la mesa, se inclinó hacia delante y soltó aire para calmarse y poder explicarnos.
—Que Jude haya tenido el valor de rechazar a Aegan me hizo pensar en… —Se mordió los labios como conteniendo una sonrisa cruel—。 ?Y si Jude hubiese aceptado salir con él, le hubiese hecho creer que de verdad le gusta y en algún momento, públicamente, hubiese terminado la relación? Así, rechazándolo, como él ha hecho con todas las chicas con las que ha salido. ?No habría sido épico?