—Finalmente, hay un tercero: Aleixandre —agregó Artie—。 Es el menor, y va a primero de Relaciones internacionales, pero al parecer no anda por aquí. él es más sociable. Tiene un canal en YouTube donde hace videoblogs y cosas así. Tiene dos millones de suscriptores y le gusta alardear de ello.
Para finalizar, Artie dijo en tono dramático:
—Se les conoce como los Perfectos mentirosos.
Pude haberme reído, pero habría arruinado el tono dramático de las presentaciones. Tres chicos guapos con un apodo estúpido, ?eh? ?No podía faltar!
—?Por qué les llaman así? —quise saber.
—Pues porque son muy buenos en hacerte creer que les gustas y luego mandarte a la mierda —respondió abrupta.
Esperé más detalles, pero Artie se encogió de hombros. Creí detectar algo de molestia en la forma en que miró primero a Adrik y luego a Aegan, pero no quise profundizar. Apenas la conocía.
—?Literalmente o…? —dije, al final, en un intento de que me explicara un poco más.
—Es que ellos salen con las chicas solo durante noventa días —dijo, nuevamente con cierta inquietud—。 No más. Es como… una regla. Se termina el plazo, y listo, como si nunca hubiesen sentido nada por ellas.
Fruncí el ce?o y la miré como si acabara de decirme que tenía tres tetas.
—?Existe alguien que acepte eso? —pregunté, mirándola con detenimiento. Esperaba que dijera: ?Claro que no, Jude, es broma. Ya quedó atrás esa era en la que había que ser tan tontas con los hombres?.
Pero no recibí esa respuesta.
—Te sorprenderías… —resopló Artie, de nuevo con un encogimiento de hombros, dando a entender que allí era lo más normal—。 Puedes oír a las chicas diciendo que no saldrían con ellos, pero en cuanto se les acercan, ninguna se niega, porque salir con ellos es una oportunidad que va más allá de lo romántico. Te da estatus, visibilidad. Supongo que lo entiendes, ?no?
?Entenderlo? ?De verdad? Claro que no, pero me limité a asentir, precavida con mis respuestas. Después, con lentitud y con la misma expresión, volví a mirar a los hermanos. Adrik ahora miraba a Aegan, quien hablaba sin parar con las chicas y les mostraba una hoja. Ellas estaban encantadas con su, al parecer, efusiva y apasionada explicación.
Sentí ganas de coger una piedra y lanzársela a Aegan como una peque?a se?al de protesta por sus costumbres, pero eso tendría consecuencias. Malas. Y no podía arruinar mi ingreso en Tagus. No tendría esa oportunidad dos veces.
—Pues no me parecen tan sorprendentes —le comenté—。 Son atractivos, pero chicos guapos los hay en todas partes.
La sonrisa de Artie adquirió un aire un tanto amargo.
—Chicos guapos sí, pero que además tengan el famoso apellido Cash, no. —Me echó un vistazo curioso, entornado—。 Y sí son sorprendentes. Aleixandre está en el top de influencers, Adrik representa a muchísimas organizaciones de ayuda humanitaria y animal, y Aegan sigue los pasos políticos de su padre. No hay nadie con esos niveles.
—Es que es estúpido —opiné, entre burlándome e intentando entenderlo—。 Tienes que ser tonta para poner tu dignidad por debajo de tu futuro.
Artie no dijo nada por un instante. Luego pareció querer ignorar a Aegan y me miró con un nuevo ánimo.
—Sí, bueno, cada quien sabe lo que hace, ?no? —Le restó importancia—。 Lo que tienes que hacer es no opinar sobre esto. Es cosa de los Cash, y muchos los defienden.
O sea, tenía que callarme porque ellos tenían su propio club de fans.
Iba a replicar, pero de forma repentina ella mostró una sonrisa emocionada. Fue impresionante cómo todo el aire del momento cambió.
—Pasemos a un tema mejor: esta noche empiezan los eventos —me informó con entusiasmo—。 El primero son los juegos, imprescindibles antes de comenzar las clases. Vas a ir, ?no?
—?Qué hacen en esos juegos? ?Ponen a las chicas a pelear en barro y apuestan por ellas? —resoplé con sarcasmo.
Artie soltó una risa sonora.
—No, se pasa el rato con juegos de azar, bebidas, conociendo a los nuevos… Tal vez pilles algún club… —Me miró con ansias—。 Aunque podré presentarte a unos amigos que no consideran a las chicas como ganado, y por eso no son tan populares. Puedes andar con nosotros.