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God of Malice (Legacy of Gods #1)(109)

Author:Rina Kent

Se da la vuelta para irse y hacer lo que prometió.

Y aunque realmente no me importan Gareth o Nikolai, no quiero la sangre de nadie en mi conciencia.

Además, así es como se ve cuando le confiscan el control. Es la primera vez que lo veo mal y saber que yo soy la razón me llena de un extra?o tipo de empoderamiento.

Es frío, calculador, no permite emociones en su armadura, pero me dio este poder sobre él.

Sin querer, pero está ahí y lo quiero.

—Killian, espera —susurro antes de que pueda pensar correctamente en mis palabras.

Inclina la cabeza en mi dirección con la mano en el pomo de la puerta.

Golpeo el colchón.

—Volvamos a dormir.

él entrecierra los ojos.

—?A qué mierda estás jugando ahora?

—Nada, solo quiero dormir.

—Eres más legible que un periódico, ?y quieres que crea que no tienes un motivo oculto detrás de tu inusual solicitud?

—No —lo digo, y también lo creo—。 Por favor.

él me mira por un segundo, su cuerpo aún girado hacia la puerta, y creo que me ignorará y procederá con cualquier plan de violencia que tenga, pero suelta el pomo de la puerta y camina en mi dirección.

Mi corazón casi se me cae al estómago cuando se quita los pantalones y se desliza a mi lado, luego me pone encima de él.

—Vete de nuevo y te ataré a mí —susurra contra mi frente.

—No lo haré —murmuro en respuesta y resisto el impulso de besar su pecho. ?Qué demonios?

Es solo una reacción antinatural al hecho de que permitió que yo lo detuviera.

No hay absolutamente nada más.

?Verdad?

Los labios de Killian se encuentran con mi frente y estoy bastante segura de que algo se estremece en mi corazón cuando murmura:

—Esa es mi chica.

24

GLYNDON

—Llegarás tarde de todos modos, entonces, ?qué tal si volvemos a mi idea muy lógica de quedarnos en la cama todo el día?

Miro a Killian desde mi posición en el asiento del pasajero de su auto.

—?Estás bromeando?

Golpea con el dedo el volante.

—Es extra?o cómo rara vez bromeo, pero eliges pensar eso de todos modos. Tenemos que trabajar en sus problemas de negación.

Pongo los ojos en blanco y miro por la ventana.

—?Acabas de poner los ojos en blanco?

—?Y qué pasa con eso? ?También tenemos que trabajar en eso?

—Sí. Ese es un gesto extremadamente juvenil.

—Vaya. Mírate siendo todo correcto. La reina está buscando a su instructor de etiqueta.

—Dudo que ella necesite uno más.

—Eso fue sarcasmo.

—Lo sé. —Me ofrece una de sus raras sonrisas—。 También sé que lo usas cuando estás nerviosa. Es inútil seguir preocupándose por llegar tarde a clase, ya que lo harás de todos modos.

Mis labios se separan.

Soy muy consciente de sus habilidades de observación y lectura de emociones, pero no estoy lista para experimentarlas una y otra vez.

—No soy como tú. No puedo evitar preocuparme, genio. Además, el profesor Skies ya piensa que soy mediocre. No quiero darle una razón para que me odie más.

Golpea de nuevo el volante con el dedo índice.

—?Es este el mismo profesor que anima a que te hagan bullying?

—él no fomenta el bullying…

—Pero tampoco lo detiene —termina por mí.

No hablo, y obviamente él lo toma como una confirmación.

Hay un silencio incómodo en el auto, acentuado por el dolor entre mis piernas.

Más temprano, me desperté con la polla muy dura de Killian acurrucada entre mis muslos.

Definitivamente tenía la intención de empujar dentro de mí. Cuando le dije que todavía me dolía y que probablemente no podría moverme hoy, dijo: —Esa es una razón más para quedarnos en la cama todo el día.

—Killian, no. Tengo clases. Sin mencionar que mis amigas deben estar muy preocupadas por mí.

—Aguafiestas.

—?Eso significa que no me follarás?

—Depende. ?Pondrías mi polla en tu boca y me la chuparías como una peque?a zorra sucia?

Juro que mi co?o palpitó por la forma fácil en que dice cosas tan groseras como esa, pero aun así me aclaré la garganta.