—？Qué obtendré a cambio?
—No follarte.
—No, quiero algo más.
—Mírate aprendiendo a negociar. Vamos a oírlo. ?Qué quieres?
—Déjame pensar en ello.
—Hazlo mientras estás de rodillas, cari?o.
Terminé chupándolo hasta que me dolió la mandíbula, luego me hizo tragar hasta el último chorro de su semen mientras me miraba con esa lujuria oscura y aparentemente tranquila.
Metió dos dedos en mi boca y folló mi lengua con el resto de su semen.
“Eso es. Trágatelo todo. Si pierdes una gota, es posible que no pueda cumplir mi promesa de no follarte”。
Luego me trajo el desayuno a la cama. En serio. Fue quien lo preparó también, y me hizo comerlo todo porque, aparentemente, soy una mierda para satisfacer las necesidades de mi cuerpo.
Y ahora que estoy pensando en todo eso, un latido palpitante comienza en mi centro y se niega a desaparecer.
Killian saca un cigarrillo y se lo mete entre los labios, luego busca su encendedor.
Aprieto la nariz.
—？No dijiste que lo dejarías si mantuviera tus manos y labios ocupados?
Espero que se ría, pero simplemente tira el cigarrillo por la ventana y abre la palma de la mano.
—Mano.
Tragando, coloco la mía en la suya.
Una peque?a sonrisa curva su boca.
—Ahora labios. —Cuando dudo, me mira—。 No eras tan tímida cuando me besaste por primera vez anoche.
—Uf, cállate. —Le doy un beso en los labios y odio lo mucho que lo disfruto. Odio lo mucho que me gusta la sensación de sus labios, cómo se abren, succionan y mordisquean. Odio darme cuenta de que nunca había disfrutado besar hasta ahora.
Cuando siento que me estoy distrayendo demasiado, retrocedo y me aclaro la garganta, desesperada por cambiar de tema.
—？No tienes clases, también?
—No tengo que asistir a todas, y ciertamente no tengo que preocuparme de que un profesor me ponga en su lista negra.
—Apuesto a que todos piensan que eres un estudiante ejemplar.
—Soy un estudiante ejemplar. ?Cómo crees que entré en la facultad de medicina?
—？Manipulando a una pobre alma o dos?
él se ríe, y en realidad suena divertido y es agradable para los oídos. No como sus habituales risas sádicas que son una manifestación de su lado diabólico.
—No puedo manipular mi camino a la escuela de medicina.
—Puedes hacer trampa.
—Realmente no. Eventualmente me alcanzará. Además, me salté dos a?os. El nivel de Dios es difícil de alcanzar.
—Tu arrogancia es asombrosa.
—Gracias.
—Eso no fue un cumplido.
—Mis neuronas geniales y yo elegimos tomarlo como uno.
Me detengo antes de poner los ojos en blanco de nuevo y hacer que comience un sermón molesto.
—？Es realmente difícil ser un genio?
—No hay esfuerzo, en realidad. No tengo que pensar antes de actuar. Todo me sale naturalmente.
—Entonces, ?por qué dijiste que el nivel de Dios es difícil de alcanzar?
—La gente generalmente se relaciona mejor con las dificultades y ciertamente reacciona bien a las cortinas de humo, las verdades a medias y las mentiras bien elaboradas.
—No todo el mundo.
—Eso es lo que dices ahora. Intenta ser golpeado con una dura verdad y ve si no deseas no haberlo sabido nunca.
—Todavía buscaría la verdad. Sí, podría doler, pero encontraría una manera de aceptarlo. Estar triste y luchando por un tiempo es infinitamente mejor que vivir una vida falsa.
—Palabras. Palabras.
—Quiero decir cada una de ellas.
—Mmm.
—？Qué se supone que significa “mmm”？
—Solo mmm.
—Vaya, gracias por la aclaración.
—De nada.
—？Naciste así de molesto o vino con el tiempo?
—Un poco de ambos. Aunque mi papá tiene rasgos molestos, yo podría tener el gen.
—？Por qué no me sorprende que hables mal de tu padre?
—No estoy hablando mal de él. Solo estoy transmitiendo un hecho.
Observo su expresión inmutable. No parece molestarle hablar de su padre, y es la primera vez que habla abiertamente de sus padres.
—？Supongo que tienes una relación tensa con tu padre?
—？Y cómo, por favor, dime, supones eso?