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Perfectos mentirosos (Perfectos mentirosos #1)(138)

Author:Alex Mirez

Le dediqué una mirada asesina. él se tomó la píldora, dejó el vaso en el fregadero y se acercó a mí. Me hizo un repaso minucioso y suspiró con resignación, como si opinar sobre mi aspecto ya fuera una pérdida de tiempo.

De no necesitar ser su novia todavía, lo habría asfixiado con la bolsa, en lugar de darle explicaciones:

—Aunque me ha molestado mucho que hayas puesto el vídeo en el auditorio, tienes que saber que el beso con Adrik fue porque…

Negó con la cabeza para interrumpirme.

—Ya Adrik me lo ha explicado —dijo, muy tranquilo—。 Fue el incienso.

Me sorprendió que se mostrara tan comprensivo, aunque tampoco era tan sorprendente considerando que no nos gustábamos de verdad.

—Sí, estaba algo colocada —admití, aunque en parte era mentira. Recordaba muy bien ese beso, sobre todo las sensaciones.

—Mientras no vuelva a pasar… —dijo, y luego sonrió con una seguridad cínica—。 Pero estoy seguro de que no. Adrik me ha dejado muy claro que no le gustas en serio, y ha sido un alivio, porque estaría muy mal que dos hermanos se enfadaran por tu culpa, ?no?

Me dejó paralizada

Me dejó fulminada.

Me dejó MUERTA.

Por un lado, por ese ?que no le gustas? y, por otro lado, porque intentar hacerme sentir culpable era una jugada inteligente para evitar que me acercara a Adrik.

—Bueno, nos vemos más tarde para ir juntos a la feria —agregó ante mi perplejidad, y no pudo evitar arrojarme al menos una sugerencia—。 Arréglate lo mejor que puedas.

Avanzó por el pasillo con su perfecto culazo marcándose debajo de la toalla. Aunque por un instante se detuvo y se volvió para mirarme.

—Y no, yo no puse el vídeo en el auditorio —aclaró con una naturalidad que en verdad me convenció—。 Debe de haber alguien más cruel, y que, además, te odia, lo dejó clarísimo con lo que ha hecho.

Tras decir eso, finalmente se fue. No quedó más que el rastro de su loción.

Ya solo debía irme y esperar a que llegase la hora de la destrucción.

Fui hacia la puerta de entrada, lista para largarme. Justo cuando la abrí, me topé con algo inesperado.

—Artie —dije automáticamente.

?Cuántas veces me iban a abofetear mentalmente ese día? Primero Adrik me restregaba su sensualidad en la cara y ahora Artie me dejaba como un adefesio en comparación, porque parecía haberse remodelado por completo. Iba con tejanos ajustados y una camisa de encajes con tirantes, muy delicada que le daba un aire sexy que en definitiva no le había visto antes. Incluso se había maquillado y no llevaba puestas sus gafas.

Pasó junto a mí sin responder mi extra?o saludo. Fui incapaz de salir sin preguntarle:

—?Qué haces aquí?

—Ah, nada, Adrik me invitó a ir a la feria con él —contestó, encogiéndose de hombros.

Ah, nada.

Nada.

??Nada?!

?Cuándo había pasado eso? ?Por qué Adrik había invitado a Artie si ella no le gustaba? Claro, me había mentido. Tal como Aegan había dicho.

Definición de Jude Derry en ese momento: cosa patética en medio de una sala con una agobiante sensación de inferioridad.

En serio, el destino solo me estaba demostrando que todo podía ponerse peor.

Y que de lo que había empezado a sentir por Adrik Cash, no iba a liberarme tan fácilmente, aunque fuese un mentiroso.

Pero, bueno, vayamos finalmente al día de la feria.

27

?Feria de Tagus!

?Lugar de música, comida y secretos!

0 horas para el inicio de la feria

?Bienvenidos a la feria anual de la Universidad Tagus!

Me llamo Jude Derry y seré su narradora guía. Por favor, ajústense las bragas, cierren las piernas y no se rían escandalosamente mientras hacemos el recorrido.

Si esperabas algo tipo puestos de comida y estands colocados en las aceras, subestimaste la capacidad de derroche del equipo directivo de la universidad más esnob del país. Miremos mejor: luces por todos lados, casetas de madera en las que colgaban carteles pintados de formas muy creativas, una tarima para que algunas bandas tocaran, y la música resonara en cada rincón gracias a los enormes amplificadores instalados por toda la feria…

Y si no estabas cerca de la tarima, ?no había que preocuparse!, unas pantallas situadas en sitios estratégicos permitían ver las bandas desde cualquier lugar en el que estuvieras. Además, al menos seis chicos del área audiovisual sostenían cámaras profesionales para grabar y transmitir a través de las pantallas. También había una rueda de la fortuna, autochoques, gente con sombreros festivos y un gigantesco y loco personaje disfrazado de ornitorrinco que iba moviendo la pelvis por todos lados como si se follara a cualquiera. Lo peor era que daba risa.