—Un poco —me limité a responder—。 Oigan, ?qué van a hacer aquí dentro de un rato? Hay un evento programado y mi novio quiere saber si se puede hacer más tarde. No, mejor dicho, mi novio exige que se haga después.
Dash negó con la cabeza.
—Es algo para entretener a la gente, y no se puede cambiar porque lo aprobó la rectora. Me encargaron a mí de eso.
—Pero ?de qué se trata? —insistí.
—Es secreto —me contestó emocionado—。 Ya lo verás. Solo puedo decirte que será muy divertido. Y habrá premios…
—Pero… —quise intentar sacarle más información, solo que las palabras no me salieron de la boca al ver lo que vi unos pocos metros detrás de él.
Mis ojos lo captaron muy rápido, de hecho. Los reconocí entre la gente sin problema. Estaban frente a uno de los juegos de tiro al blanco.
Adrik y Artie.
él estaba intentando ganar un premio para ella, como los chicos clásicos. Ella se reía porque él fallaba. él se veía maravillosamente caballeroso. Ella, encantada y hermosa. En verdad, aquello parecía una cita, y lo peor es que daba la sensación de que se estaban divirtiendo.
No sé qué sentí. Por un lado, pensé que era demasiado raro verlos juntos de esa forma. Por otro, sentí un dolorcito. No eran celos, ni nada horrible o malintencionado, era tristeza, porque en el fondo yo quería estar en el lugar de Artie. Me habría encantado, esa era la verdad. Jamás había tenido una cita con nadie; nadie había intentado ganar nada para mí; nadie, nunca, me había hecho reír con tonterías. Y que él, que joder sí que me gustaba mucho, hiciera todas esas cosas con Artie era… devastador.
Pensé que no podía ser peor lo que estaba viendo.
Entonces presencié la desgarradora escena.
De repente, él se rindió al no poder ganar nada. Ella le puso una mano en el hombro en plan ?no te preocupes…?, y entonces, una cosa llevó a la otra, y acabaron dándose un beso.
No pude apartar la vista, aunque quise hacerlo. él la superaba en tama?o, y sus manos grandes y masculinas la agarraron por la cintura y la pegaron a su cuerpo. Ella se alzó de puntitas para poder rodearle el cuello con los brazos.
El beso fue intenso, profundo, sexual.
Inesperadamente, Adrik abrió los ojos y, todavía besando a Artie, me miró. Supo que estaba allí, a pocos metros, observándolo, y no se detuvo. De hecho, intensificó el beso al mismo tiempo que deslizó sus manos hacia abajo para tocarle las nalgas. Y si quiso enviarme un mensaje, lo recibí: ?La estoy tocando, la estoy besando, míralo, míranos?.
Mi corazón latió desbocado. Mis ojos, abiertos como platos. No podía ser posible que durante un momento de la noche anterior, en mi cama, hubiera dudado de ejecutar mi plan solo por Adrik. Durante un estúpido instante de debilidad había dudado en hacer algo contra Aegan. ?Ja! Qué estúpida había sido al creer que Adrik era diferente.
—?Te buscamos una camilla por si te desmayas? —escuché de repente que me decía Dash.
Volví la atención hacia él. Kiana y Dash se habían quedado alternando la mirada entre Adrik, Artie y yo desde que yo no había completado la frase del ?pero…?. Y mi cara de pasmo era demasiado obvia.
No supe ni qué mentira decir.
—Tranquila, Jude, no te vamos a juzgar —me aclaró Dash, mostrándome su apoyo, y luego esbozó una sonrisita pícara—。 Admito que yo en tu lugar habría sentido la misma curiosidad…, pero por los tres.
—Lo importante es que no te gusten de verdad —opinó Kiana, mirándome con cierta suspicacia.
—No sé, la verdad es que cuando te besaba en el vídeo parecía como si pensara ?Jamás he probado nada así? —opinó Dash, y continuó analizando como un experto—。 Este beso con Artie ha sido como un ?Bueno, esto es lo que hay…?.
Kiana ignoró el comentario de Dash e insistió con la pregunta:
—Es en serio, Jude, Adrik y Aegan no te gustan de verdad, ?o sí te gustan?
Oí unas risitas pícaras de Artie. Volví a mirarlos. Adrik le dijo algo en el oído y luego reanudaron su caminata por la feria. En esa ocasión se acercaron más a la rueda de la fortuna. El maldito quería estar cerca para que yo los viera, ?eh?