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Perfectos mentirosos (Perfectos mentirosos #1)(145)

Author:Alex Mirez

—Antes de dar el discurso, que siempre será una inquebrantable tradición para Tagus, estoy contento de anunciar que alguien muy especial, que al igual que yo forma parte de una larga familia de graduados de esta universidad, nos dará un mensaje en vivo y en directo.

Ni siquiera sé por qué no me lo esperé. Tal vez porque confié demasiado en que esa vez ganaría, en que podía atrapar a Aegan en algo, en que mis pasos no eran observados. Quise ser más lista, y en ese instante terminé sintiéndome la más tonta del lugar, porque cuando las pantallas mostraron lo que Aegan había anunciado, todo dio un vuelco.

La persona que segundos después apareció en las pantallas saludó con alegría a los estudiantes, dijo que estaba haciendo un retiro espiritual y luego empezó a hablar sobre Tagus, su historia y los ancestros. Y esa persona era nada más y nada menos que Eli Denvers.

Eli, con su cabello rojo, su impresionante piel caramelo, su nariz respingada, ojos color miel, boca perfecta, dientes blanquísimos. Una chica fabulosamente hermosa.

Y viva.

Muy viva.

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Al parecer, los Perfectos mentirosos

siempre fueron muy imperfectos

De acuerdo, la muerta iba a ser yo, pero por el impacto de ver a Eli.

Con las piernas temblando y a punto de desmayarme, me moví hacia el frente de la tarima para ver mejor la pantalla. Analicé el vídeo por si era una grabación, pero no, realmente Eli estaba hablando en directo. Tras ella se veía un extenso campo y muchos árboles característicos de tierras asiáticas. Incluso algunas personas pasaban por detrás. Ella estaba perfecta. Se veía hermosa, fantástica; era el tipo de chica que te intimidaba por su impresionante belleza natural, nada exagerada, pero capaz de opacar a cualquiera. Hablaba de forma fluida y encantadora.

Esa chica no estaba muerta ni secuestrada ni torturada, estaba feliz en otro lugar.

—?Así que espero que disfruten la feria! —finalizó Eli en la pantalla unos minutos después—。 Y también espero volver a clase el a?o que viene, cuando mi viaje espiritual termine.

Lanzó un coqueto beso de despedida y la transmisión terminó. Todo el mundo explotó en aplausos. Regan miró a Aegan, serio. De haber sido hermanos tontos se habrían lanzado uno contra otro por el micrófono, pero eran inteligentes, y vengativos, y no lo hicieron. Regan se quedó quieto, manteniendo su postura. Entonces Aegan empezó a dar su discurso con elocuencia, total control de las palabras y gran energía, como un líder nato.

Noté que Kiana, Dash e incluso Artie, que estaba junto a un aburrido Adrik que comía algodón de azúcar como si esperara morirse, me miraban. Sus ojos me transmitían un: ?Adelante, es tu momento, sube a la tarima y haz lo que hemos planeado, termina con él públicamente y humíllalo?. Era el instante perfecto, en toda la feria no se escuchaba más que la voz enérgica y legendaria de Aegan, y las personas estaban atentas. Atentas a todo.

Si yo subía y lo humillaba con un rompimiento público como solo Kiana, Dash y Artie esperaban, sería épico.

Pero solo por un momento.

Luego ese efecto desaparecería. No sería como lo que yo esperaba que fuera la revelación del asesinato de Eli, el cual había sido mi verdadero plan a escondidas de ellos.

Ante mi falta de movimiento, Dash me hizo un gesto con las manos de ??rápido, vamos!?. Kiana también abrió mucho los ojos y se?aló la tarima con la cabeza. Sus labios se movieron en un silencioso ??Tú puedes!?.

Entonces entendí, devastada, que no podía hacerlo, porque si Eli no estaba muerta yo ya no tenía nada contra él.

Nada.

Así que no me moví. No pude subir a la tarima y derrotarlo delante de todos, como había planeado. Me quedé paralizada, derrotada.

Aunque… algo iba a hacer justicia por mí.

Sucedió de repente. Aegan estaba hablando, muy inspirado, y de repente su boca enorme se quedó inmóvil en la forma de la siguiente palabra que iba a pronunciar por el micrófono. Su expresión facial se congeló. Los ojos, normalmente maliciosos, se le abrieron mucho, pasmados. Dejó un profundo silencio.

La gente lo miró, expectante, confundida. Regan, todavía allí, a un lado, también lo miró de arriba abajo con desconcierto. Yo no entendí por qué se había callado de esa forma si su plan de hacer el discurso y destacar estaba siendo un éxito. ?Qué le pasaba? ?Iba a arruinar su propio momento triunfal?