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Perfectos mentirosos (Perfectos mentirosos #1)(132)

Author:Alex Mirez

Aegan miró hacia los lados y se dio cuenta de que unos alumnos que caminaban por ahí se detuvieron a mirarnos con curiosidad. No eran muchos, solo dos, pero eran oídos que podían perjudicarlo.

—Si quieres gritarme o volverte loca, que sea en otro lado —zanjó, molesto, y trató de cogerme por el brazo, pero me solté de él con un movimiento violento.

—?No me toques! —grité, y lo hice tan fuerte y de forma tan decidida que se quedó pasmado.

Me hervía la sangre, y tener a Aegan frente a mí con esa monumental cara de imbécil lo empeoraba todo. Claro que mi reacción también lo enfureció a él. Sus cejas se hundieron y apareció esa expresión de toro cabreado que tanto le caracterizaba.

—??Me estás culpando cuando fuiste tú la que me enga?aste?! —rugió—。 ??Y además pretendes armar un jodido escándalo que me perjudique?!

—?Pienso armar un escándalo donde me dé la gana! —Me salió un grito rasgado que me sacudió el cuerpo. Luego di un paso adelante. Era más baja, pero no menos poderosa que él—: De todas las cosas que has hecho, Aegan Cash, esta ha sido…

—??Ha sido qué?! —me interrumpió con la barbilla en alto y la mirada retadora. Su voz fue un rugido grave e intimidante, pero no me reduje ni un poquito—。 ?Sabes acaso qué es lo que he hecho? ?O es que solo me estás culpando porque te encanta que yo sea el malo?

Para lo siguiente sí tuve la inteligencia de mirar hacia los lados. Las personas que nos observaban estaban algo lejos, pero podían escucharnos, así que bajé el volumen de mi voz, pero le a?adí filo.

—Pusiste ese vídeo que ni siquiera sé cómo conseguiste —le solté—。 Sabías lo que pasaría porque si tú haces ese tipo de cosas te aplauden y te sientan en un trono, pero si lo hago yo, me tachan de zorra y me escupen la cara.

—?Creíste que harían algo diferente al ver ese vídeo? —contraatacó al segundo con furia. Las venas de su cuello se le marcaron por la fuerza y el freno con los que pronunció las palabras—。 ?Crees que estar con dos chicos a la vez es un gran logro que merece aplausos?

Tuve que fruncir los labios para reprimir las ganas de seguir soltándolo todo a gritos. De acuerdo, tenía que ser cuidadosa. Estaba enojada, pero debía moderarme. En el intento, de pronto volví a sentir el estómago encogido, pesado, lleno de malas sensaciones. Un bajón. La rabia se estaba transformando en algo más parecido a la tristeza.

—Sé que estuvo mal —le dije en un tono más contenido—, pero lo que has hecho ahí no ha sido la mejor manera de vengarte. Pudiste haber hecho cualquier otra cosa. Te habría aguantado cualquier otra jugada, pero esto ha sido muy bajo, incluso para ti.

—?Yo soy el único que hace bajezas? ?De verdad? —preguntó de una forma que me hizo dudar.

La sonrisa se le ensanchó de maldad y puso esa cara que tanto odiaba. Esa chispa en sus ojos y esa expresión en su rostro que se burlaba de mí de un modo descarado y cínico. Esa cara de ?sé cómo son las cosas, y tú no, y eres patética por eso?.

—Todo lo que digas…

—Oh, voy a decírtelo, porque estás tan segura de algo que me da pena. El Adrik que besaste es el que quiso que vieras: maduro, centrado, culto, misterioso, incapaz de lastimar, pero tú no lo conoces en realidad. —Buscó mis ojos, que quise desviar para que no pudiera ver en ellos cómo me sentía, pero que, sin embargo, mantuve fijos en los suyos para mostrarme firme y nada afectada—。 ?Sabes qué tenemos de especiales los Cash, Jude? Que los tres podemos dar una cara y tener otra. Nadie nos conoce de verdad. ?Y crees que tú, que llegaste hace unos meses y por pura suerte te ganaste el puesto de mi novia, ya sabes cuál de nosotros es el bueno y cuál es el malo?

—Los tres son iguales —me limité a decir, tratando de contener la ira.

—Sí, no es un secreto —aceptó, con la boca curvada hacia abajo y un encogimiento de hombros—, pero tenemos formas distintas de lograr las cosas. Por ejemplo, yo soy impulsivo, lo admito; Aleixandre es caprichoso y estúpido; y Adrik… Adrik es estratega, observador, no se le escapa nada. él se dio cuenta desde un principio que te molestaba mi actitud, y entonces hizo todo lo contrario a las cosas que yo haría. Y tú caíste como una tonta.